Exploración espacial

Existe agua nativa en las rocas y el suelo de la Luna

Es la primera confirmación de la presencia, la forma y la cantidad de agua presente en muestras lunares

Diagrama esquemático del análisis espectral y de muestras de laboratorio in situ del módulo Chang'E-5, que permitió la identificación de agua nativa en la Luna.

Diagrama esquemático del análisis espectral y de muestras de laboratorio in situ del módulo Chang'E-5, que permitió la identificación de agua nativa en la Luna. / Créditos: CNSA/GRAS.

Pablo Javier Piacente

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El módulo de aterrizaje lunar chino Chang'E-5 ha conseguido la primera confirmación definitiva in situ y en tiempo real de señales de agua nativa en las rocas y el suelo de basalto de la Luna, a través de un análisis espectral verificado posteriormente por un estudio de laboratorio de muestras devueltas a la Tierra.

Un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Nature Communications desarrolla los alcances del descubrimiento del módulo chino Chang'E-5, que recientemente ha identificado agua nativa en la Luna: las muestras obtenidas en nuestro satélite natural y luego analizadas en la Tierra confirmaron la presencia de agua en el suelo lunar.

Los rastros del agua lunar

Chang'E-5 no observó ríos ni manantiales lunares: el módulo de aterrizaje identificó, en promedio, 30 partes de hidroxilo por millón en rocas y suelo en la superficie de la Luna. Las moléculas, formadas por un átomo de oxígeno y un átomo de hidrógeno, son el ingrediente principal del

agua

. El hidroxilo es para el agua lo que el humo es para el fuego: su evidencia.

Según una

nota de prensa

de la Academia China de Ciencias, las muestras fueron obtenidas en la zona conocida como Oceanus Procellarum, cuyo nombre se traduce como "Océano de tormentas". Procellarum se formó por antiguas inundaciones de lava, que generaron una superficie basáltica relativamente llana al solidificarse. Se extiende a lo largo de unos 2.500 kilómetros de norte a sur, cubriendo una superficie superior a la suma de los territorios de Francia, Italia, España y Portugal.

Se trata del mayor de los mares lunares: también denominados “mare”, son planicies extensas y oscuras presentes en la superficie lunar, conformadas por afloramientos basálticos generados mediante impactos de meteoritos, según indican las principales teorías. Todos los mares lunares son cuencas bajas de contornos casi circulares, rellenadas por lava.

Las fuentes del agua lunar

Las muestras se recolectaron durante la franja más calurosa del día de la Luna, a temperaturas superiores a los 90 grados Celsius, cuando la superficie está más seca. El momento también coincide con vientos solares bajos: incluso con tales condiciones de deshidratación, las señales de agua aún aparecían.

Las señales fueron detectadas por primera vez por el espectrómetro mineralógico lunar a bordo del módulo de aterrizaje chino, en 11 muestras de roca y suelo. Posteriormente, los resultados se confirmaron por cinco análisis de laboratorio. Una vez verificada la presencia de agua nativa, que indicarían que en algún momento los secos mares lunares estuvieron repletos de agua, los científicos se preguntaron sobre las fuentes del agua identificada.

En ocho de las muestras, se descubrió que el hidroxilo se originó en dos fuentes diferentes. Una pequeña porción apareció en el material vítreo producido por los vientos solares que interfirieron con la superficie lunar, como sucedió en una muestra recolectada por el Apolo 11 en 1971 y probada a principios de la década de 2000. Sin embargo, la mayor parte del hidroxilo en las muestras obtenidas por Chang'E-5 estaba contenido en apatita, un mineral cristalino rico en fosfato que se encuentra naturalmente en la Luna, así como también en la Tierra. 

El exceso de hidroxilo es autóctono, lo que demuestra la presencia de

agua interna de origen lunar en las muestras. El agua habría desempeñado un papel importante en la formación y cristalización del magma basáltico lunar, que hoy puede apreciarse en la zona de los mares lunares. Según los científicos, al investigar el agua lunar y su fuente es posible profundizar sobre la formación y evolución no solo de la Luna en sí, sino también del Sistema Solar en general. Además, se espera que el agua brinde apoyo para futuros recursos lunares obtenidos in situ, que puedan hacer viable asentamientos y colonias lunares. 

Referencia

Evidence of water on the lunar surface from Chang’E-5 in-situ spectra and returned samples

. Liu, J., Liu, B., Ren, X. et al. Nature Communications (2022). DOI:

https://doi.org/10.1038/s41467-022-30807-5