EN 'DOMINICAL'

Mateo Gil y Eduardo Noriega cabalgan juntos

El director y el actor unen esfuerzos en la nueva película 'Blackthorn'

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Nueve semanas de rodaje a 4.000 metros de altura. En inglés. A caballo. "No me maté de milagro", confiesa ahora Eduardo Noriega en la revista Dominical. El actor de Santander y el director Mateo Gil cabalgan juntos 15 años después de su primera colaboración (Tesis). Y ahora cabalgan de verdad. Comparten un western profundo: hay amistad masculina, mensaje social y cuentas pendientes. Se llama Blackthorn y pone patas arriba la versión oficial de la muerte de Butch Cassidy: que falleció en un tiroteo en 1908 en Bolivia junto a su amigo Sundance Kid. Según el nuevo guion, no murió: Cassidy lleva escondido 20 años y ha decidido volver a casa, un camino que resulta menos directo de lo pensado gracias a un ingeniero español con los rasgos de Noriega. Una película "intimista", define su director. Y un juego de vaqueros, añade Noriega. "Todo lo que tiene de lúdico esta profesión, en un western lo puedes desarrollar todavía más ¿explica el actor¿. Te sientes más libre, con el sombrero, las espuelas, la pistola, a caballo¿ Tiene algo de infantil, todos hemos jugado a eso de pequeños".

Dominical también entrevista a Javier Fesser, que sigue en el Camino. Tras la película, el director se sigue inspirando en la figura de Alexia González-Barros en la novela Los días de colores. La revista, además, habla con Glen Close, protagonista de la serie Daños y perjuicios y villana humanista, y con Gay Talese, el periodista que pudo ser gánster, que ha presentado en España la reedición de Honrarás a tu padre.