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Televisión y Mas

Cuando habla un político

TVyMas; Cuando habla un político

Sergi Mas

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¡Cómo le gusta una cámara a un político! Hace meses advertí en esta columna que habitualmente existe una parte de la clase política que mira permanentemente el monitor del Congreso de Diputados. Es decir, la señal principal que se envía desde el Parlamento hacia el exterior; cosa que a menudo ocurre en otras dependencias autonómicos, o incluso consistorios locales. 

Están todos pendientes mirando arriba, al plano que está pinchando el realizador, para comprobar si están saliendo bien y sobre todo cómo aparecen. Lo peor, lo rematadamente mal, es que cuando se ven, retiran su vista del monitor para hacer ver que no están mirando y simulan seguir el debate. O en el peor de los casos: sonríen. ¿Pero qué juego de niños es este? 

Es posible que no lo sepan porque además nadie les haya advertido del hecho de que no aparezcan en directo es sinónimo de que no estén pinchados, pero su primer plano lo pueden estar grabando perfectamente en el control. Y allí se lee todo. Estaría bien que se olvidaran de esto, que es muy ridículo. 

Existe algo todavía más grotesco. Aparece un político en escena, comprueba que ante él existen unos cuantos periodistas y entonces se detiene y se dirige a realizar unas declaraciones. Algo que en el argot periodístico se conoce como un ‘canutazo’: una comparecencia no prevista en la calle, en los pasillos del Congreso, etc… Bien, su presencia no está prevista para la prensa, pero él sabe que si se detiene en pocos minutos aparecerá en los medios y sin duda ya tiene una alocución preparada.

Y ocurre así: en mitad de un discurso, aunque nadie les cuestione nada, se realiza una pregunta a él mismo. Un ejemplo: se lo hace venir bien para disertar sobre economía y se auto pregunta: “Yo le podré defender a usted que nuestra economía va mal”, y se auto-contesta: “Mire, perdone: yo lo que prefiero es que sobre todo sea real y que sea justa”. Pero… ¿cómo que “mire, perdone”? ¿A qué vienen estas preguntas, que nadie les ha hecho, cuando además él mismo ya sabe la respuesta? ¿Y a quien le pide perdón? ¿Qué les pasa? ¿A quién responden? 

Hemos avanzado mucho pero en el fondo seguimos en plena época romana, donde el pueblo piensa que existen foros donde se debaten cosas importantes, mientras los políticos miran los monitores y se hacen preguntas que nadie les hace.

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