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Televisión y Mas

Tejero y nuestra memoria colectiva

TVyMAS Viernes 24 de octubre

TVyMAS Viernes 24 de octubre / MANUEL PEREZ BARRIOPEDRO

Sergi Mas

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Nuestro cerebro es una máquina de altísima gama cuyos límites la humanidad aún está descubriendo. Un servidor lo denomina, amablemente, albóndiga. Porque, aunque no me como dos cerebros cada mañana, su textura e incluso su forma me recuerdan mucho a la de una albóndiga.

Un cerebro humano es capaz de realizar tantas cosas extraordinarias como de cometer atrocidades, algunas tan osadas como planear un golpe de Estado en un país democrático. Y eso fue lo que el teniente coronel Antonio Tejero osó realizar en su día.

Ayer jueves, Antonio Tejero fue ingresado en estado crítico a los 93 años, e incluso a primera hora de la tarde hubo medios que lo dieron por fallecido, aunque no era la primera vez que ocurría: en 2018 se certificó su defunción, y en 2022 un bulo anunciaba su velatorio mientras su mujer comentaba: “Pues no lo creo, porque lo tengo a mi lado tomando un café”.

Quienes tenemos cierta edad, el apellido Tejero nos transporta a un viaje en el tiempo que nos sitúa en el 23 de febrero de 1981, cuando un grupo de militares cometió el peor golpe de Estado posible. Hoy, 44 años más tarde, todavía faltan interrogantes por resolver. En los medios de entonces el golpe se calificó de chapuza, pero mientras duró la incertidumbre hubo bastante canguelo. Conforme pasaban las horas y se conocía el fracaso del golpe, pasábamos del temor y el miedo al asombro y al sonrojo.

Aquel “¡Quieto todo el mundo!” de Tejero, pistola en mano, nos dejó grabado para siempre el sudor frío de aquella tarde, mientras los diputados votaban uno a uno la investidura del segundo presidente de la democracia, Leopoldo Calvo Sotelo.

Nuestra memoria, y por tanto el cerebro, sigue guardando imágenes y sonidos de entonces: los 35 disparos al techo del hemiciclo; la llave de judo al entonces vicepresidente, el general Gutiérrez Mellado; la pose de Adolfo Suárez, sentado e imperturbable en su escaño; las imágenes de los tanques transitando por las calles de Valencia; la acongojada narración en la SER del golpe por parte de Rafael Luis Díaz; el discurso del Rey Juan Carlos pasada la medianoche; o las escenas de algunos guardias civiles huyendo por las ventanas del Congreso.

Imágenes y sonidos. La televisión y la radio. Nuestra historia y nuestra memoria colectiva. Y el cerebro.

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