Televisión y Mas

Eres lo que comunicas

TVyMas del 2 de Julio del 2025; Eres lo que comunicas

Sergi Mas

Sergi Mas

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Y sin duda también lo somos cuando viajamos en Metro. Comunicamos de manera permanente y en muchas ocasiones hasta sin darnos cuenta, cosa que acaba transparentando nuestro estado de ánimo. Les explico. 

No hace mucho tiempo un colega del oficio me advirtió que tras su viaje a Japón para cubrir profesionalmente la disputa del Mundial de Fútbol 2002, le sorprendió la cotidianidad y la constancia con la que los japoneses utilizaban las mascarillas. Al primer estornudo, procedente de una alergia, de un resfriado, o de nada... se la ponían los dos días siguientes para evitar contagiar al resto. A eso se le llama respeto.

Por aquí nos las empezamos a tomar en serio en la época de pandemia y han calado poco... Otra cosa es que fueran gratis; si no tuvieran coste alguno, conozco a más de uno que cada mañana pediría 200 en su farmacia y a los diez minutos ya estarían disponibles en Wallapop. En fin.

Hace un par de meses me referí al asco (es es el término) que uno siente cuando viaja en el Metro ante la cada vez más abundante falta de higiene del personal y una ausencia casi absoluta de mascarillas. A menudo hay quien hace uso de un remedio que siempre es peor que la enfermedad: sin la ducha matinal, se colocan desodorante y encima colonia.

Un ejemplo fehaciente de la forma en la que comunicamos consiste en esos diez o quince segundos en el que el tren se detiene en una estación, y en donde unas personas entran y otras salen del vagón. En tan pocos segundos existen humanos que chocan entre ellos y que contactan... sin mascarilla alguna.

Una de las mayores muestras de anti comunicación, vagancia y acciones similares, consiste tan sólo en observar aquella persona que mientras abandona el vagón muy lentamente, a medio kilómetro por hora, a una velocidad similar a la de una procesión en semana santa y, aquí viene el summum, baja del convoy mientras va mirando su teléfono móvil sin quitar ojo del mismo.

Le da absolutamente igual si suben 100 o bajan 200, y esa lentitud genera bastante nerviosismo por parte de quienes desean salir, porque creen que se van a quedar dentro; y aquellos que desean entrar, porque giran su cabeza y comprueban que sólo hay barullo en su puerta y que las otras están vacías. Me pregunto si no pueden dejar de mirar su dispositivo tan sólo unos segundos. Pues no. Y todo eso sin mascarillas, claro. Y a usted, ¿también le pasa?