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Muerte a la onda media

Muerte a la onda media.

Sergi Mas

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Desde hace un siglo, y especialmente desde la guerra civil, la onda media sirvió como vehículo de transmisión de contenidos, pero hace décadas que ya cumplió su cometido. La onda media de la radio se apaga, desaparece y se muere. Y mejor. Nunca pensé que escribiría esto, pero es así. Estas emisiones padecen unos altos costes de producción por el mantenimiento económico de sus antenas y además nos contamina dejando una notoria huella de carbono.

Desde la pasada década, países de más de media Europa han abandonado sus emisiones en Onda Media, como Austria, Suiza, Irlanda, Bélgica, el Reino Unido, Alemania y Bielorrusia. Tan sólo siguen emitiendo los países del club del chiste como España, Grecia y Portugal, además de Hungría, Rumanía y alguno más. ¿Entonces? ¿A qué esperamos?, porque se calcula que su audiencia en nuestro país difícilmente supera el 1%…

Entonces, ¿a quién beneficia su mantenimiento? ¿Para qué seguir emitiendo cuando su oyente histórico ya la ha abandonado y además la radio en OM debe explorar nuevos públicos, enfocados en personas jóvenes, y estos ni siquiera saben de su existencia?

La calidad auditiva de las emisiones en Onda Media es muy inferior con respecto a las de sus principales competidoras, como las que emiten en una FM que está en plena forma. Esta banda tuvo un boom en nuestro país que se produjo a finales de los 70 e inicios de los 80, con una decidida apuesta de la marca Los 40 Principales (después bautizada como Los 40) que aglutinó a un público joven y llenó de mensajes comerciales; y también con la irrupción de Antena3 de radio, repleta de una novedosa programación.

Hay radios que emiten a través de sus aplicaciones de telefonía móvil o en sus páginas web y por último, quienes transmiten en sistema DAB o DAB1. En términos de calidad, éstas últimas son las mejores, pero su desconocimiento de gran parte de la ciudadanía es alucinante. 

Ha faltado y falta muchísima pedagogía para su conocimiento, además de muchísima prescripción para que el consumidor adquiera sus receptores. Personalmente no conozco a nadie (a excepción de los cuatro que somos del gremio) que haya ido a un establecimiento y haya pedido: “una radio con sistema DAB o DAB1”, porque el vendedor desconoce sus cualidades. 

La industria va en una dirección y cree que su producto se venderá sólo. Y eso no va así. De momento vayamos cerrando la onda media.