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Frank, cierre al salir

Frank, cierre al salir

Sergi Mas

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Su nombre real es Francisco Cuesta Ramos, leonés de 53 tacos. De profesión: persona que ha trabajado en televisión presentando en los últimos años programas bajo la marca de Frank de la Jungla. Eso es lo único cierto.

En los últimos días está recibiendo bofetadas desde todos los barrios, porque recientemente ha publicado un vídeo en el que sostiene que todo lo que ha hecho y dicho en los últimos años es mentira. Es decir, que ni ha padecido cáncer (¿qué credibilidad tendrá este sujeto si mañana manifiesta que es verdad que lo tiene?), no es animalista y mucho menos veterinario, aunque siempre queda bien en un CV, porque al fin y al cabo cualquier político también se lo inventa.

Basta detenerse en algunos detalles de la vida personal del personaje para comprobar si le aprietan los calcetines: uno de sus cinco hijos se llama Pepsi. Ejem. ¿Y por qué no, Mirinda limón? Otro se llama Zape. Ejem. ¿Y porqué no, Mortadelo? Hace años fundó en Tailandia una asociación de ayuda a los reptiles. Ejem. En fin, que un servidor se está planteando muy seriamente realizar alguna acción parecida en beneficio de las amebas, pero eso sí: solicitando a las instituciones públicas la correspondiente subvención por informar y prescribir sobre la pervivencia de tal ser que adolece de sistema nervioso. 

Frank Cuesta, autodeclarado y a la vez desmentido amante de los animales, sobre todo de los reptiles --han sido éstos precisamente quienes le han dado más problemas, con numerosas mordeduras-- deja su dudoso legado a su hijo Zape, quien ha estrenado canal de YouTube en el que muestra a sus seguidores las diferentes picaduras que recibe de las serpientes. Si es que son verdad, claro. 

Está claro que disponemos de todos los ingredientes para que una plataforma se proponga producir una serie sobre la vida del personaje, resultando indiferente que sea verdad o mentira lo que explique; total, ya no viene de cuatro mentiras más y nadie se preocupará de comprobarlo.

Y a todo esto, en los años que Frank ha presentado programas para Mediaset, ¿ningún directivo de la casa sospechó nada? ¿Nadie frunció el ceño frente a las propuestas del amigo de la jungla? ¿Qué ha sido cierto de lo que ha explicado? Y sobre todo: ¿quién es el máximo responsable de la farsa: el prescriptor o quién le ha dado pábulo y visibilidad? Frank: cierre la puerta, no haga ruido al salir y llévese la serpiente.