El apagón

La semana pasada fue el adiós del Papa. Una explicación más que lógica para aplazar la primera emisión y la del resto de la semana del esperado estreno en La 1 de 'La Familia de la tele'. Hizo bien TVE en no apresurarse tanto para el debut y fue una correcta y justificada moratoria. Ayer fue... el apagón. Bien. Lo fácil apunta a pensar que el estreno está gafado. No lo apuntaré, aunque lo parezca. Si hoy martes la vida en la península empieza a tener visos de normalidad, esperaremos a que a la tercera vaya la vencida.

Por cierto y ya que el tema va de televisión pública: esperen que reparto notas excelentes para tres mujeres y un hombre. Un diez para Marta Carazo, que tomó las riendas del especial de La 1, y otro diez para Xavier Coral, Raquel Sans y Nuria Solé (ésta, desde l'Estació de Sants) en TV3/3cat: fueron quienes desde el plató nos explicaron con calma, sin alarmas, sin rumores, ni teorías conspiratorias sobre lo que estaba pasando. Y otro diez para sus responsables que entendieron que la mejor manera de explicar lo que pasaba era eliminar los programas de la tarde y mantener a quienes nos explican las noticias cada día. Televisión pública. Tan fácil y tan difícil a la vez. Comprobé que la privada no apostó por el mismo criterio. 

Rodalies RENFE comunicó de forma poco afortunada la suspensión de trenes en Sants Estació: una señora y un señor, megáfono en mano, como quien vende naranjas. "¡¡Hola!! Se informa a los viajeros...". La culpa no fue de ellos, sino del responsable que les dijo: "Salid y leed este texto que os envío por móvil". El mensaje perdió peso con esa puesta en escena. Y la mejor solución para informar fue quien nunca falla: la radio de fm que funciona con pilas.

Un adiós

Y ya que cito a la radio, se nos ha ido, injustamente, demasiado joven y por un cáncer, José Luis Cantón. Un orfebre del audio que cada día de cada día, desde hace veinte años (sí, veinte), emitía su sección de humor y sus divertidos montajes dentro del pódcast de Javier Cárdenas. El pasado sábado recibió su último adiós en el Tanatorio de Getafe que, según me cuentan, se llenó con una ingente cantidad de coronas llegadas de oyentes de todas partes de España devolviéndole así el agradecimiento de los buenos ratos que nos hizo pasar. Gracias por todos esos momentos, amigo. La radio es tan mágica y preciosa que siempre devuelve lo que siembras.