Televisión y Mas

Faltan dos meses para Eurovisión

Faltan dos meses para Eurovisión

Sergi Mas

Sergi Mas

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Justamente hoy faltan dos meses menos un día para que se celebre una de las citas más esperadas del panorama televisivo europeo: el festival de Eurovisión. Es, junto con la Champions League, el espectáculo más visto del continente. 

Hemos entrado en la era moderna de un certamen en la que nos guste o no lo que menos importa sean las canciones. Creo que no debería ser así, porque la nomenclatura oficial (que nadie olvide que se trata de un concurso) es la siguiente: 'Eurovision Song Contest'; o sea, festival de la CANCIÓN de EUROVISIÓN. 

Y como concurso convendrá recordar que participan intérpretes que representan a las televisiones que participan. Nada más. No hace falta apuntar más arriba. Ocurre que desde el momento en el que vemos una bandera que representa la televisión de un país determinado... ave maría purísima, entra a saco el honor, el orgullo patrio, la sangre y sandeces varias que no conducen a nada. Además, en los últimos años a la hora de las votaciones ha aparecido una expresión que -para mí, de manera absurda- desluce el festival llamado "Geopolítica eurovisiva".

Es decir: que los países más cercanos se votan entre ellos. Lo que ha existido toda la vida, pero qué molón y qué intelectual queda llamarlo así en una tertulia o en un artículo. 

Escribiré algo políticamente incorrecto, pero me ciño exclusivamente a un criterio televisivo y musical: hace tres años Ucrania obtuvo el primer premio, con un tema que musicalmente era propio de un festival escolar de fin de curso. ¿Por qué ganó? Fácil. Supuso un reconocimiento internacional al abuso que estaba sufriendo al ser invadido por Rusia. Allí Eurovisión dejó de ser un festival y se convirtió en una herramienta. Anda que no habrá mil maneras de mostrar un apoyo a un país. Pero no. Como tiene mucha audiencia, se utilizó al festival para ello. 

Es evidente que las canciones han pasado a un segundo o tercer plano, y que se premian otros dudosos méritos, como la realización televisiva, la escenografía, y también se celebra lo muy diferente: un cantante con el pelo rojo, otro lleve muletas, aunque no las precise, etc...

Que para 60 días que faltan presiento que pasará lo de cada año: una canción acusada de plagio, optimismo previo en la delegación española pese a unas apuestas desoladoras y Melody que acabará en 18º lugar. La geopolítica, dirán. Jajaja.