Televisión y Mas

Carlos Sobera

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Sergi Mas

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No es posible. Llevo más de medio año escribiendo en esta columna de la que ya saben que no va sólo de televisión sino que aquí también cabe la radio, plataformas digitales, redes sociales y comunicación en general, etc... Y no es posible que todavía no haya comentado nada sobre 'First Dates' que lleva emitiéndose en antena -asombrense- desde el año 2016. 

Posiblemente él no lo recuerde pero a mi se me quedó muy grabado, cuando el gran Xavier Sardà me dijo en un hotel de Madrid, durante un tentempié en el que además participaban el humorista Juan Carlos Ortega y el científico Dani Jiménez: "Nen, (ni él ni nadie se imagina lo feliz que me siento cuando alguien me llama 'nen' con 60 tacos que tengo), separemos bien la diferencia entre interés y entretenimiento. En el 'Crónicas' yo hacía entretenimiento, y si a alguien le interesaba un contenido, pues mejor todavía". Y lo dijo mientras los cuatro participábamos en un programa para Discovery Max y que se llamaba 'ADN Max'. Lo pasamos muy bien, nos reímos mucho y aprendimos todavía más.

El 'First Dates' lleva nada menos que nueve años entreteniendo al personal, con esa manera tan sencilla y a la vez tan difícil de sólo enseñar lo que pasa, sin adoctrinar y sin forzar situaciones. ¡Qué fácil lo tendría 'First Dates' para aplicar moralina para todas las parejas! 

Existen dos claves para el éxito del programa: la primera es la constancia de la hora en la que se emite, donde vemos gente cenando mientras nosotros también lo hacemos y vemos encuentros de parejas que tienen su momento para conectar. Y más allá de las fricadas y diálogos surrealistas de los concursantes, la segunda clave consiste en el conductor, Carlos Sobera.

Este vasco licenciado en derecho y profesor de publicidad que se acerca a los 65 años (la veteranía bien llevada siempre suma) que lo mismo te presenta un 'Supervivientes', como un 'Quién quiere ser millonario', unas Campanadas, las galas de 'Gran Hermano', o hace de actor en un teatro, es como el perejil de la comunicación. Se adapta a todo y siempre pega bien allá donde esté. Por lo que percibo y pregunto, este hombre cae muy bien al personal, con algo que se llama marca personal: de Sobera sólo hay uno. Posiblemente con otra cara en la presentación el programa no funcionaría como una locomotora. Así que por muchas cenas, por muchas sonrisas, por muchos ligues y muchas gracias.