Un año de éxito en Antena 3

Natalia Sánchez, de 'Sueños de libertad': "Me encantaría trabajar en catalán en televisión, la lengua se cuida muchísimo"

La actriz madrileña, que habla un perfecto catalán, protagoniza la serie más vista de la televisión española, 'Sueños de libertad', que cumple su primer año

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Natalia Sánchez, en una foto promocional de 'Sueños de libertad'

Natalia Sánchez, en una foto promocional de 'Sueños de libertad' / ATRESMEDIA

Marisa de Dios

Marisa de Dios

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Cuando tenía solo 13 años, Natalia Sánchez (Madrid, 1990) se hizo enormemente conocida gracias a su papel de Teté en 'Los Serrano'. Ahora, a los 34, protagoniza otra ficción con mucho tirón, 'Sueños de libertad', que este martes 25 de febrero cumple un año de emisión en Antena 3 convertida en la serie más vista de la televisión española, con una media de más de 1,2 millones de telespectadores y un 13,2% de cuota de pantalla. En su currículum, en el que figuran títulos como 'Acusados', 'Amar en tiempos revueltos' y 'Regreso a las Sabinas', hay incluso teatro en catalán, lengua que aprendió antes de instalarse en Barcelona con su pareja, el actor Marc Clotet, con el que tiene dos hijos.

¿Hace un año se imaginaba que 'Sueños de libertad' podía calar tanto?

Nunca tienes expectativas porque a veces haces trabajos en los que te dejas la piel y no funcionan porque lo programan cuando no toca. Cada día de grabación celebramos las audiencias en plató. Esto es como el que invierte en bolsa: nosotros comprobamos cómo va nuestra inversión de dedicación.

Su personaje, Begoña, es una mujer que sufre maltrato por parte de su marido en la década de los 50, una época en la que este drama se ocultaba. Hoy cualquiera le diría que tiene que salir de ahí lo antes posible.

Ella pelea como gato panza arriba porque tiene ganas de salir de ahí, pero es muy complicado. No es fácil porque quien tiene que tomar la decisión es quien está dentro de esa relación y es como la historia de la rana cocida: si la pones en un caldero con agua hirviendo enseguida saltaría, pero si la metes en el agua fría y vas subiendo poco a poco la temperatura la rana muere cocida casi sin enterarse.

¿Está recibiendo mucho 'feedback' por parte del público?

Mucho. De muchas mujeres que han pasado por cosas parecidas o porque sus madres vivieron algo así. Cuentan que a las más jóvenes nos costará entenderlo, pero que antes se silenciaba. Todo el mundo sabía que a la vecina la maltrataban y nadie decía nada. Incluso había comentarios del tipo: algo habrá hecho. Queda por hacer, pero afortunadamente vamos avanzando.

Sin embargo, Begoña tiene muchas otras facetas, no se queda con el papel de víctima.

Las personas no son solo víctimas ni nadie ve a un maltratador el primer día y dice: ¡cuidado, fuera! Suelen ser mujeres con su vida, sus ilusiones, con luz, y dan con una persona a las que no les gusta que tengas tanta luz, que la quieren apagar por su propia inseguridad. Begoña es una mujer avanzada a su época, que estudió una carrera, que sabe conducir, que estudió fuera, con intereses propios... Y a pesar de eso acaba cayendo igual.

Hasta hace poco era también una de las protagonistas de 'Regreso a las Sabinas' en Disney+. Con dos niños pequeños en casa, ¿cómo se organizaba?

Haciendo malabares. 'Regreso a las Sabinas' la hice justo antes de 'Sueños de libertad', aunque se emitió después. Las dos series hubiera sido imposible. A nivel logístico ya es una vorágine continua.

"'Los Serrano' me aportó muchísimo más de lo que me quitó"

Su cuñada, Aina Clotet, ha reflejado esa vorágine en 'Això no és Suècia'. Ella también tiene dos hijos, pero usted le podría haber dado ideas.

Cuando eres madre no te faltan las ideas, pero sí, todo está puesto en común y sacado de su vida y de las nuestras. Vivimos maternidades muy parecidas.

Empezó a interpretar desde muy joven. ¿Si sus hijos le pidieran comenzar a la misma edad, se lo quitaría de la cabeza?

Habría que ver cada situación. Pero tengo claro lo que cuidaría y a qué le prestaría especial atención. Mientras tengas soporte en casa y los pies en la tierra, puede ser enriquecedor. Siempre que eliges algo pierdes otras cosas. Hoy en día, además, los peques tienen otros horarios y otras restricciones, pueden seguir más con su vida de niño. Cuando yo empecé no había ningún tipo de regulación. Nos cuidaban porque querían cuidarnos. Ahora los niños pueden grabar muchísimas menos horas.

Dice que 'Los Serrano' fue una etapa de luces y sombras. ¿Cuál pesa más?

Si volviera atrás repetiría al cien por cien. Fue una experiencia superenriquecedora, que me aportó muchísimo más de lo que me quitó. Nunca lo viví como una presión. En casa teníamos claro que en el momento que no lo disfrutara no había ninguna necesidad de seguir. Las prioridades estaban muy claras y tenía muy buena directriz en casa, donde me apoyaban y me guiaban. Mi familia ya conocía este mundo, porque mi padre era productor de publicidad y mi madre, actriz. Eso me ayudó a darle a cada cosa la importancia que tiene.

Habla perfectamente catalán, porque ha estado años viviendo en Barcelona. ¿Cuando se instaló tenía claro que tenía que aprenderlo?

Gracias. En casa hablamos en catalán. Pero lo aprendí antes de ir. Estaba de gira con Marc [Clotet] y le dije que me enseñara. Empezamos como en broma, y porque había un 'casting' de 'Molt soroll per no res' en el TNC y me quería presentar. Marta Calvó, una actriz con la que había coincidido, me ayudó a preparar la prueba. A raíz de ahí empecé... y hasta ahora. Es una lengua maravillosa. Todavía sigo aprendiendo, sigo preguntando y teniendo dudas, pero es ya una segunda lengua.

¿No le gustaría hacer televisión en catalán, en TV3?

Hice una obra de teatro en el Borràs de Jordi Galceran que funcionó muy bien y estuvimos de gira, un corto... Trabajar en otro idioma hace que estés más despierta y que no te puedas acomodar, y eso me motiva muchísimo. En televisión todavía no he hecho nada, pero me encantaría. Los compañeros me han explicado que la lengua se cuida muchísimo y que hay un lingüista que te enseña. Creo que es una forma maravillosa de aprender.