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Zuckerberg no llega a fin de mes

Contexto: Meta elimina de Facebook e Instagram su programa de verificación de datos y se acerca a Trump con el modelo de Musk

Mark Zuckerberg en una convención el pasado mes de julio.

Mark Zuckerberg en una convención el pasado mes de julio. / LAP

Sergi Mas

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Resulta que Mark Zuckerberg, el propietario de Meta, que agrupa redes sociales como Facebook, Instagram y Threads, ha manifestado públicamente que, de momento en Estados Unidos, eliminará el programa de verificación de los contenidos de estas redes.

Lo puedo explicar mejor: a partir de ahora su compañía deja de trabajar con agentes independientes para verificar la certeza de todo lo que se publica en ellas. Traducido al lenguaje natural: Zuckerberg propone que sean los propios usuarios de estas redes quienes denuncien e informen al resto si una información es falsa o no lo es. O sea, que todo al barro, que vamos al lío, y que descalifica que algo queda.

Pero que nadie olvide un detalle que no es menor, porque yo me espero cualquier cosa de éstos: estamos acostumbrados a ver cómo actúan estos gerifaltes de la libertad, que nadie descarte que en 48 horas se desdiga de lo dicho y apueste por todo lo contrario, aunque sin duda no lo parece. 

Se trata sin duda de un cambio de paradigma, de un giro de 180 grados y de otra opción a seguir, porque la utilizada hasta ahora implicaba gastar mucho dinero en agentes externos que señalaban la veracidad o no de una información, o de un texto, aunque siempre nos quedamos con saber quién controlaba a los controladores. 

Todo esto Zuckerberg lo ha explicado de manera muy peliculera: "Nuestro sistema de verificación de datos ha cometido demasiados errores y ha censurado demasiados contenidos. Debemos simplificar nuestras políticas y restablecer la libertad de expresión en nuestras plataformas". Yo estoy convencido que tras decir esto le cayeron los dos huevos al suelo, rebotaron, y volvieron su lugar original. Sólo faltaba la imagen de Zuckerberg acariciando a un perro con unos violines de fondo para que este testimonio fuera idéntico al del final de una película del sábado por la tarde.

Traduzco todo este barullo: Instagram y Facebook serán a partir de ahora hermanos gemelos de Twitter, donde hay que entrar con guantes de boxeo y estar dispuesto a recibir una nube de insultos por publicar tan sólo un "buenos días". 

Uno se pregunta si de los casi 8.200 millones de habitantes que tiene el planeta tierra no habrá ni una sola persona que esté dispuesta a montar una red social... normal. Pues no la hay. Y nosotros escribiendo cuatro garabatos en redes sociales nos pensamos que somos libres. Y no: somos muy poca cosa.