Televisión y Mas

45 minutos sin interrupción

¿La publicidad es interrupción?

Sergi Mas

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"Y ahora... escucha lo mejor de nuestra música en los próximos 45 minutos y, además, sin interrupción... ". 

Esta es una de las frases más habituales que podemos escuchar mientras sintonizamos una radio fórmula. Y también de las más desafortunadas. La frasecita suele coincidir con el momento en el que el prescriptor aprovecha para pasar un rato en el baño mientras el listado de canciones programadas se disparan una tras otra. La autoría de la frase no es de quien la pronuncia, sino de sus superiores. Te lo recomiendan como si fuera un valor añadido, como si te concedieran un premio. En todo caso, ese tono me inspira a algo parecido a: "En 45 minutos no tendrás que soportar la publicidad". Y muy mal. 

Mal porque los anunciantes no solo no interrumpen, sino que aportan. Después, el tono, la forma, el contenido de su mensaje te gustará más o menos, pero aportan, y jamás interrumpen en el contenido, porque la publicidad forma parte del programa. ¿Cuántas veces hemos escuchado que un amigo nos dice: "Me encanta el anuncio de..." O por el contrario: "No soporto cuando entra la cuña de...". Es evidente que forma parte del contenido y para nada supone una interrupción.

Por esa misma razón, ni me gusta y jamás he entendido la expresión: "Una pausa y volvemos de inmediato". Digo yo que será una pausa para el locutor, que estirará las piernas y despedirá a un invitado y recibirá al siguiente, pero el programa continúa y, lo que es más importante, esa pausa es la que te paga la nómina.

Las emisoras comerciales viven de la publicidad y de las subvenciones públicas, que ocupan el mismo cajón que la publicidad, a menudo llamada institucional, pero es publicidad. Por eso me parece una notoria falta de respeto que a la propuesta del anunciante que deposita su dinero en la emisora y confía en el mensaje la denominen: "Escucha sin interrupciones".

La publicidad es muy necesaria porque equivale a visibilidad. A todo el mundo le conviene y todos la necesitamos. Hace décadas se concretaba en anuncios plasmados en páginas de gacetillas de pueblo; hoy se llama Google Adsense y mañana, Dios dirá.

Y todo es publicidad: desde el bolígrafo que lleva el presentador de informativos en televisión (¿por qué lleva un Bic y no un Inoxcrom?) hasta las etiquetas de las marcas de las botellas de agua que aparecen en las tertulias. Y todo es contenido. Pero por favor, sin interrupciones.