Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Cronometraje excelente, Alexa y Siri quedan a la espera

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Ferran Monegal

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Nada se les puede reprochar a Ariadna Oltra y Laura Rosel, las presentadoras de ‘El debat de TV-3’. Como cronometradoras y distribuidoras de turnos de palabra han estado excelentes.

«Comienza el señor Maragall, luego la señora Colau y después el señor Collboni (..) Ahora usted señora Grau (..) Cerramos a las 11 menos cuarto el primer bloque y entramos en el segundo: Seguridad y Limpieza (..) Adelante, señora Colau, y para equilibrar los cronómetros, después usted, señor Trias (..) Ahora usted, señora Parera (..) Unos minutos para las 11 y media y... ¡el Turismo! (..) Le permito una intervención de 30 segundos, señor Trias». Y así fueron discurriendo dos horitas. Existen dos criterios acerca de cuál debe ser el papel de quien modera un debate entre políticos. Unos prefieren la labor plana, automática, limitada al cronometraje y al enunciado de temas. Y punto.

A mi juicio es un sistema peligroso, además de insípido. Con las nuevas tecnologías y los nuevos algoritmos quizá un día no lejano llegaran a la conclusión de que se puede conseguir la perfección del automatismo colocando asistentes virtuales, tipo Alexa y Siri. El otro criterio es poner en valor el periodismo. Es decir, interactuar con todos y cada uno de los políticos en busca de un debate más útil para la opinión pública. A mí particularmente me gusta más este segundo. Se atribuye a Charles DeGaulle este juicio: «La política es demasido importante para dejarla en exclusiva a los políticos». No me refiero al estilo que practicaba Vicent Sanchis cuando era director de TV-3, que se autonombraba a sí mismo conductor de los debates y lo que hacía era erigirse en ‘showman’ inquisidor partidista. Con la señora Arrimadas, por ejemplo, tenía una obsesión casi surrealista. No es eso. Se trata de la interacción periodística con todos los políticos, repartiendo con equidad la chispa lúcida. Eso es lo que no saben hacer, todavía, las virtuales Alexa o Siri.

En el ‘TN migdía’ resaltaban hoy el gran éxito que TV-3 logró con el debate. Pero evitaron informarnos de la audiencia conseguida: 11,9% de cuota de pantalla (tres puntos por debajo de la media de la cadena) y 210.000 espectadores. Aún suponiendo que todos los televidentes fueran de Barcelona y ninguno del resto de Catalunya, cosa imposible, significan solo la octava parte del censo de la ciudad. No se si es oportuno llamarle ‘el debate decisivo’.

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