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La crítica de Monegal: Regreso televisado de Ponsatí, un ensayo para Waterloo

MONEGAL

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Ferran Monegal

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El regreso de Clara Ponsatí no ha concitado en los noticiarios del 'telehipódromo' estatal una gran atención. Ayer estaban más entretenidos con la compulsiva predicadora de la ‘Iglesia Cristo Viene’, Yadira Maestre; con la restitución del cargo al coronel Pérez de los Cobos, y con lo de Ana Obregón y la gestación subrogada.

Solo en las ‘Noticias’ de A-3 le han dedicado a Ponsatí un minutaje más holgado, con una pincelada que advertía: «Ha cruzado la frontera acompañada de una cámara con la intención de dar máxima publicidad a su regreso». Es una de las pocas veces que el informativo de Vicente Vallés coincide con lo que dice el Gobierno Sánchez. La agitación televisiva de este regreso es en TV-3 donde había que buscarlo. Es natural. En ‘Està passant’, salió Judit Martín transformada en Ponsatí, y enarbolando el carnet de eurodiputada decía: «Es mi collar de la inmunidad, como el de ‘Supervivientes’. Y además me hacen descuento en Lidl, en las ‘pop stores’ y en las tiendas Stradivarius».

Esa noche, el ‘Està passant’ no pudo conectar con Toni Cruanyes para el habitual avance informativo. Por lo visto, en el ‘TN vespre’ estaban nerviosos preparando el relato. O sea, a ver cómo lo enfocamos. Yo creo que lo enfocaron bien. En tiempos de Vicent Sanchis, nos hubieran puesto a Ponsatí junto a imágenes del 1-O, con la policía dando porrazos, y luego la película ‘Braveheart’ con Mel Gibson ensangrentado, y esa noche en Catalunya no dormía nadie. Esta vez el ‘TN’ ha sido equilibrado. Alguna expresión buscando una épica («¡Marchó como exiliada y vuelve como eurodiputada!»), pero en general, mesurado.

 Aquí lo que ha fallado es el diseño mediático. A la cámara de la ACN, dentro del vehículo, retransmitiendo la entrada, le ha faltado ‘punch’, televisivamente hablando. Decía Jordi Graupera, el conductor del coche, en ‘Més 324’, que querían entrar por donde salió hacia el exilio Companys, a la altura de La Vajol. Pero el paso estaba cerrado. Tampoco lo veo adecuado. Más que heroico quizá quedaría agropecuario. Como ensayo para una próxima llegada de Puigdemont, este regreso de Ponsatí sirve en Waterloo para corregir detalles. Ha de ser una entrada más gloriosa. Muchas cámaras. Avisar con más antelación. Y, sobre todo, que la policía esté enterada y se persone con los grilletes en la mano. ¡Ah! Esa sí sería una entrada colosal. Y para Junqueras, preocupante.

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