Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: El placer de tener un millón y el dolor de irlo perdiendo

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Ferran Monegal

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Regresa a Antena 3 el concurso ‘Atrapa un millón’. Lo emitió con éxito en 2011 --luego intermitentemente por las tardes hasta 2014-- y ahora, 12 años después, nos ofrecen nuevas ediciones esta vez conducidas por Manel Fuentes. Dentro de los concursos en los que se va a ganar dinero, me parece el más interesante de todos. Y probablemente también el más cruel.

Los creadores de este ingenio (Reino Unido, Channel 4, The Million Pound Drop Live, 2010) se pusieron a pensar y le dieron la vuelta al planteamiento clásico de estas competiciones en busca de dinero. En este diseño los concursantes comienzan ya con un millón de su propiedad. Entero. Toda la pasta ya está en su poder. O sea, de entrada, ya la han ganado toda. ¡Ah! Hay que ver con qué delectación abrazan los concursantes el montón de billetes. Lo acarician. Lo manosean con fruición. Los 40 fajos de 25.000 euros son suyos totalmente desde el primer segundo de programa, y su satisfacción es inmensa. Si no estuvieran encerrados en un plató, seguramente muchos echarían a correr con todo el cargamento de billetes.

Aquí la gracia, o el retorcimiento del formato, es que les dan la pasta, toda, pero inmediatamente proceden a quitársela lentamente. A través de ocho preguntas que les hacen –y en las que tienen que irse jugando el dinero– su masa de billetes va disminuyendo hasta quedarse muchas veces a cero. En el histórico de este concurso, del 2011, de 26 entregas a lo largo de seis meses, en 13 de ellas acabaron marchándose sin un solo euro. La cifra más alta que se consiguió fueron 300.000 euros por parte de dos hermanos, Paco y Santiago, de Torrent (València) la noche del 25 de febrero. Es una cantidad considerable, estamos de acuerdo, pero mirado de otro modo, se fueron a casa habiendo perdido 700.000 euros. Es lo que les decía de la crueldad de este sistema.

Pero tiene este concurso una parte interesante que podemos aprovechar. No solo sirve para entretenernos: también para conocer a las personas. Si quieren saber cómo es alguien, invítenle a visionar una sesión de ‘Atrapa un millón’ con ustedes. Si a medida que los concursantes van perdiendo, y perdiendo, hasta quedarse a dos velas, y si su invitad@ se alegra, se carcajea, y disfruta con la desesperación y desgracia ajena, no le den más vueltas: es un ser mezquino y ruin. Una mala persona.

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