Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: El amigo ‘pagafantas’ de Tamara Falcó

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Ferran Monegal

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Hay mundos paralelos en la tele, de enorme éxito de audiencia. Puede parecer que todo el revuelo político-social que está protagonizando el Tribunal Constitucional provocando virulentas escaramuzas entre el Gobierno y el PP, por ejemplo, es lo más consumido por los televidentes. No es así, ni mucho menos.

Según los analísis de las centrales de seguimiento del consumo televisivo, lo más visto estos días es ese asunto del nuevo acompañante, amiguito o novio de la marquesa Tamara Falcó, un pimpollo de 40 años que se llama Hugo Arévalo. Las ‘matinées’ televisivas de mayor audiencia del telehipódromo, que son las del programa de ‘Ana Rosa’, T-5 –junto con ‘Aruser@s’ de La Sexta– llevan toda la semana con el tema. Los especialistas de ‘Ana Rosa’ están dibujando un triángulo amoroso todas las mañanas, en el que Tamara es el centro de ese universo, Íñigo Onieva es el rechazado –por infidelidad manifiesta– y Arévalo es el que ahora ejerce de consolador de la marquesa.

Este Arévalo –siguiendo siempre los descubrimientos del equipo de ‘Ana Rosa’– resulta que era el gran amigo de Íñigo y Tamara cuando eran novios, pero rota la pareja, se ha apresurado a tomar posiciones no solo junto a Tamara, sino que se ha granjeado el afecto de mamá Isabel Preysler y hasta el del tito Mario Vargas Llosa. Naturalmente el infiel Onieva, que al parecer aspira a reconquistar a la marquesa, ha entrado en cólera y acusa a Arévalo de ser «una sucia rata, un trepa social», y en un chat de cibercharlas que mantienen entre ellos y que se llama ‘Tocotó’, le ha escrito «Iré a tu casa a machacarte la cabeza y a soltarte una tras otra sin parar». O sea que la cosa está caliente.

Discrepan no obstante los mineros de ‘Ana Rosa’, entre ellos, acerca del papel de Tamara en todo esto. Según el acreditado zapador Alessandro Lecquio «Tamara siempre necesita un ‘pagafantas’ a su lado, un esclavo. Está usando a Arévalo para dar celos a Onieva». Hombre es una trama propia de folletín más que de novela. Los personajes tienen poca altura. No son los de ‘Madame Bovary’ o ‘Ana Karenina’, precisamente. Pero vista la enorme audiencia que tiene este doméstico culebrón en la tele, quizá el tito Vargas Llosa podría sacarle partido escribiendo un serial por entregas.

Es lo que hay. Les deseo unas soportables fiestas y un 2023 llevadero.

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