Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Busca millonarios, pero se olvida de los de la tele

En 'El Intermedio' buscaban millonarios.

En 'El Intermedio' buscaban millonarios.

Ferran Monegal

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Al reportero volante Isma Juárez, que ahora ha fichado por ‘El intermedio’ (La Sexta) le encargaron el otro día que fuese circulando en busca de millonarios. Buscaba una excitación hablando con los ricos, como quien va a entrevistar a una especie rara. Peinó, por ejemplo, la zona residencial de Pozuelo de Alarcón, el municipio –junto a Sant Cugat del Vallés– con la renta per cápita más alta de España.

La verdad es que después de mucho caminar, micrófono en mano y seguido por una cámara, resulta que no encontró apenas a nadie que se declarase millonario. Hasta que de pronto vio un hermoso vehículo estacionado y exclamó: «¡Esto es un Tesla! ¡Debe de haber un rico por aquí cerca!». Y se sentó a esperar hasta que llegó el propietario, un señor gallego, de avanzada edad, que se declaró ‘riquiño’; y poco más dio de sí aquel encuentro sobre la marcha.

Hombre, yo creo que Isma Juárez, para encontrar criaturas muy ricas y adineradas, lo tenía mucho más fácil si se hubiese sentado a esperar simplemente a la entrada de donde trabaja, los grandes imperios televisivos, Mediaset o Atresmedia pongamos por caso. También frente a productoras televisivas importantes. Ahí hubiese encontrado enseguida a directores de cadena, presentador@s estrella, productores de alto rango, directivos muy principales..., gente con ingresos fabulosos que viven en casoplones bárbaros, a los que hubiera podido entrevistar, cómodamente, sin apenas tener que desplazarse de su zona de trabajo.

Que yo sepa tener dinero no es un crimen si se ha obtenido honestamente. Pero es muy curioso –y muy hipócrita– eso que hace la tele cuando quiere montar un reportajito sobre millonarios: nunca se acuerda de los que hay en su propio hábitat. Nunca enseña, ni va a la caza, de los acaudalados de la propia cadena, o de las cadenas rivales, o del negocio audiovisual.

En este mundo del ‘business’ televisivo hay como una especie de ‘omertà’ enfermiza, como un silencio cínico y opaco. ¡Busquemos a los ricos pero mucho cuidado con enfocar a los de nuestro propio tinglado! O si prefieren, en forma de adagio farisaico: ‘Entre bomberos no nos pisamos la manguera’.

Y claro, al pobre reportero volante resulta que le mandan a Pozuelo, y se para ante un Tesla creyendo que ha encontrado a Elon Musk. Sacar cámaras en busca de ricos, y encima ocultando a los que tienes en casa, no es un ejercicio ni ‘progre’ ni sarcástico. Es una farsa.

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