Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: La ‘oprobiosa sombra oscura’ ya ha llegado

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Ferran Monegal

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Hoy la excitación está en Sanxenxo. Casi todas las cadenas –también TV-3– han enviado allí periodistas y cámaras. No sabría cómo adjetivar la personalidad del viajero esperado. ¿Un turista? ¿Un exiliado? ¿Un comisionista jubilado? ¿Un extraditado a la espera de ser juzgado? ¿Un Rey errante y abdicado? ¿Un deportista en el ocaso que se aferra a su última regata? Todas estas pintorescas interpretaciones las he escuchado en variopintos programas televisados. Algunos en serio, otros con un cachondeo desternillante.

Bien mirado toda esta expectación televisiva es absolutamente exagerada. Eximido de toda responsabilidad delicuencial por sus martingalas y presuntas mordídas monetarias, Juan Carlos es un cesante que llega para disfrutar de la náutica. Y luego saludará un momento a la ‘family’, y después regresará a su balneario de Abu Dabi. Este fenomenal despliegue televisivo estaría justificado si supiéramos que, a pie de aterrizaje, la Guardia Civil le está esperando para llevárselo. No es el caso. O sea, que estamos ante un simple viaje doméstico y privado.

Es mucho más interesante admirar cómo lo están llevando, y relatando, los exégetas y glosadores clásicos de la monarquía, los abnegados comentaristas que antaño cantaban las excelencias y campechanías de Juan Carlos, y que hoy celebran, y protegen, con la misma devoción, a los monarcas actuales. Pongamos por caso a Pilar Urbano, que estuvo con Ana Pastor en ‘El objetivo’ (La Sexta). Decía de Felipe VI, muy impresionada: «Su barba blanca es una barba encanecida prematuramente por la preocupación. Cuando un Rey tiene el carisma, el prestigio, la autoridad regia de Don Felipe, ¡nada puede hacerle sombra!». De la reina Letizia puntualizaba: «¡Nos ha dado un ejemplo a toda la clase media-baja española de que se pueden hacer las cosas muy bien!». De la reina Sofía avisaba, admirada: «Ha aguantado muy bien. ¡La reina Sofía sigue en Zarzuela!». (Precisamente ahora se ha marchado a Miami, también es mala pata). Y, finalmente, sobre el posible encuentro del abuelo con la princesa Leonor, aseguraba: «Se teme la sombra, el lado oscuro, oprobioso, del rey Juan Carlos». ¡Ahh! Qué paraguas más hermoso el que ha dibujado Pilar Urbano. Un paraguas que antaño protegía al rey Juan Carlos, cuando reinaba y mandaba, y que hoy, que ya solo es una sombra oscura y oprobiosa, sirve para proteger a los actuales.

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