Estreno este jueves

'Raphaelismo': la docuserie que escarba en los demonios de Raphael

El incombustible artista habla de temas tabú en la nueva producción de Movistar+

Raphael, en 'Raphaelismo'

Raphael, en 'Raphaelismo' / MOVISTAR+

Marisa de Dios

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A Raphael (Linares, Jaén, 1943) siempre le ha gustado mirar hacia delante. "Para atrás, ni para coger impulso", suele comentar el intérprete de éxitos como Qué sabe nadie, En carne viva, Digan lo que digan y Mi gran noche. Sin embargo, después de más de 60 años sobre los escenarios, aquel chico que sorprendió a Europa en la Eurovisión en blanco y negro de 1966 con la intensidad de su Yo soy aquel ha decidido que es el momento de hacer balance de su carrera, y de su vida, a través de la minuciosa serie documental de cuatro episodios Raphaelismo, que estrena Movistar+ este jueves 13 de enero.

Creada y dirigida por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, artífices de otros biopics sobre José Antonio Labordeta (Un país en Labordeta) y Francisco Umbral (Anatomía de un dandy, que estuvo nominado a los Goya), la docuserie aborda los grandes momentos, pero también los altibajos, de un cantante que se ha caracterizado siempre por la expresividad de sus interpretaciones. Y lo hace a través de más de 50 entrevistas, tanto con él como con los miembros de su círculo más cercano, como familiares, amigos (Pedro Ruiz, Pedro Piqueras...), colaboradores profesionales (el compositor Manuel Alejandro, el cantante José Luis Perales...), compañeros de profesión (Miguel Ríos, Víctor Manuel, Alaska, David Bisbal, Pablo López, Gloria Trevi...) y periodistas (Rosa María Calaf, Iñaki Gabilondo...). "Siendo la gran estrella que es, no nos pidió nada raro", confiesa Ortega. "Nosotros sí que le dijimos que, para que el trabajo fuera interesante para todo el mundo, teníamos que hablar de las cosas buenas, pero también de los temas más sensibles de su carrera, y él accedió completamente", añade.

Trasplante y sexualidad

Esos asuntos más tabú son, por ejemplo, cómo recurrió al alcohol durante la soledad de sus extensas giras, las críticas que recibió a principios de los años 80 por ser considerado un artista del franquismo, su crisis en Las Vegas en 1970 o los chismes sobre su sexualidad. "¡Qué mérito tenía en los años 60, una persona como él saliendo en televisión con unos pantalones ajustados morados moviéndose como él se movía! Eso David Bowie lo podía hacer y no pasaba nada, pero aquí el mérito es que lo hiciera Raphael en la España franquista", destaca Ortega sobre un cantante obsesivamente perfeccionista. "Yo quisiera un día salir del escenario llorando de alegría pero no puedo, siempre le saco punta a todo. Pero eso ha hecho que cada vez sea mejor", recalca el artista.

La única línea roja ha sido explayarse en los días de su trasplante de hígado. "Raphael se rompió en varias ocasiones hablando con nosotros. No solo por lo del trasplante, sino también cuando habla de Paco Gordillo, su primer mánager, y cuando recuerda los comienzos en su relación con Natalia [Figueroa, con la que se casó en 1972]", explica Arnaiz. Su esposa y sus tres hijos (Jacobo, Manuel y Alejandra Martos) también explican cómo sobrellevaron esos duros momentos.

Incombustible

'Raphaelismo' aporta material inédito de vídeos domésticos de los Martos-Figueroa y de grabaciones realizadas por el hijo mayor del artista, Jacobo, sobre su padre. Así como numerosas curiosidades sobre el español que fue dos veces consecutivas a Eurovisión, que fue entrevistado en el famoso 'show' de Ed Sullivan por el que habían pasado poco antes los Beatles, que protagonizó películas de Mario Camus y Vicente Escrivá y que llenó el Madison Square Garden de Nueva York en una época en la que la música hispana no estaba tan de moda como ahora en el mundo anglosajón. La docuserie desvela, por ejemplo, cómo comenzó la afición de Raphael a vestir de negro en los escenarios y cómo, por una apuesta, se fraguó uno de sus mayores éxitos, Escándalo.

Los grandes escenarios que han marcado la trayectoria de Raphael, como el festival de Benidorm, el londinense Talk Of The Town o el mexicano El Patio, sirven también a Arnaiz y Ortega para hacer una metáfora con el incombustible artista. "Después de 60 años, muchos lugares que le han hecho mítico están cerrados o cayéndose por el paso del tiempo y, sin embargo, Raphael sigue encima de un escenario", subraya Arnaiz. Un síntoma de cómo aquel el Ruiseñor de Linares, a sus 78 años, ha sabido adaptarse década a década.

La exposición

El estreno de la docuserie 'Raphaelismo' viene acompañado de una exposición en Madrid (Tienda Movistar, Gran Vía, 28), del 10 de enero al 7 de febrero, que recoge material emblemático de la carrera del artista. Hay carteles de giras y discos, pero sobre todo piezas icónicas de su vestuario, como los brillantes trajes de lentejuelas de los musicales 'Billy the liar' y 'Pippin' y la chistera de la tenebrosa 'Jekyll & Hyde'. Los visitantes podrán fotografiarse imitando los gestos más característicos del cantante, componer un poema a partir de los títulos de sus temas más famosos y posar junto al Disco de Uranio que logró en 1980 al alcanzar los 50 millones de ejemplares vendidos. No podía faltar, cómo no, la música, con un karaoke donde entonar, a su estilo, el estribillo de 'Mi gran noche'.

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