Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: El estrábico desprecio de una septuagenaria

Monegal para 4/1

Monegal para 4/1

Ferran Monegal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Para enfocar el año 2022 con esperanza e ilusión Carlos Sobera ha querido darle al sevillano Pepe una alegría. Lo ha citado en ‘First dates’ (Cuatro) y le ha presentado a una dama que se llama Pili. O sea, a ver si hay suerte y ligan en esas habituales cenas románticas que este programa impulsa. La originalidad del suceso es que Pepe cuenta 83 años de edad, probablemente el comensal más longevo de la historia de este restaurante de citas. Pepe es un elemento singular.

Amable, simpático dentro de un respetuoso sentido del equilibrio, cuidadoso de su físico, muy atlético para su edad, y gran aficionado al baile. La salsa y la bachata son sus melodías preferidas. Decía, con un alegre candor otoñal muy bonito: «Cuando bailo, ella siente mi corazón y no necesita el suyo para respirar. ¡Eso es amor!». ¡Ah! Este octogenario de Sevilla me ha parecido un buen tipo, con ese sentido ‘machadiano’ de la palabra bueno, tan limpio. Pero la dama que le buscó Sobera para ligar era otra cosa distinta. Se hace llamar Pili. Prohibió de entrada que el programa desvelase su edad. ¡Ah! Quizá no tenga 83, pero 77 seguro. Al ver a Pepe, le pareció viejísimo.

Le recibió con una mueca desabrida, esa actitud que en Andalucía llaman con tanta precisión ‘esaboría’. Durante toda la velada su desprecio fue en aumento. Y acabó diciendo: «Yo quiero uno, cómo máximo, de 49. No me esperaba encontrarme con ‘eso’. Cuando voy a la discoteca a mí los jóvenes me siguen». ¡Ah! Cuánto error el de doña Pili. Ni siquiera es crueldad lo suyo. Es patético estrabismo. «Ahora que estoy frente a ti parecemos dos extraños. Lección que por fín aprendí, ¡cómo cambian las cosas los años!», cantaba el argentino Juan Carlos Cáceres, en los años 90, en las ‘caveau’ del ‘vieux Paris’.

HAY OTRAS DAMAS distintas a doña Pili que en la tele han salido. ‘La Sexta Noticias’ regresó a Los Llanos de Aridane, y una señora, probablemente también septuagenaria, o más, se asomó un momento a una ventana ahora que el volcán ha dejado de escupir. Decía, compungida: «Es horrible, no puedo mirar. Allí estaba la casa en que nací, allí la de mi hermana, allí la de mis primos... No queda nada». ¡Ah! Yo creo que Pepe es a La Palma donde debería haber ido. Allí habría sido comprendido. En el restaurante ‘First dates’, como decía Luis Arribas Castro, aquel sensacional radiofonista: la ternera no se paga con ternura.

Suscríbete para seguir leyendo