Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Pagar para que te entrevisten y te hagan la pelota

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Ferran Monegal

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Acaba de plantear el humorista Marc Giró, en el consultorio abierto que tiene montado en ‘Està passant’ (TV-3) un tema interesantísimo. La famosa directora de la Academia ‘Operación Triunfo’, Noemí Galera, le ha dejado grabada esta pregunta: «¿Qué debo hacer para que me imiten en el programa 'Polònia'?». ¡Ah! Y ante esa pregunta, Marc Giró contestó: «Te lo voy a explicar, Noemí. Salir imitado en 'Polònia' no es una cosa espontánea. Para que te hagan la parodia ¡hay que pagar! ¡Todas las personas parodiadas pagan, Noemí, pagan!». Y al grito de «¡Transparencia en TV-3!» añadió señalando casos concretos: «Yo mismo pago para que me imiten. ¡Hasta los de la CUP pagan también!». Y se generó un gran pitorreo.

Naturalmente, todo era una broma, una humoristica genialidad del estupendo Marc Giró. Pero tras las carcajadas,  aflora un tema trascendente. Efectivamente es colosal la visibilidad que te da la tele. No importa que en la imitación quedes como una patata frita, un bobo o un zopenco. Hoy lo importante es que la tele no te ignore. Que te saque. Que te dé presencia. Pero no solo en parodias. Sobre todo en entrevistas de programas informativos, magazines, etcétera. Los políticos, por ejemplo, son los que más desean, y más necesitan, que la tele les preste atención, les mime, y expanda sus ideas. Recuerdo que años atrás el diario 'El Mundo' publicó documentadamente que el grupo municipal del PP de Valencia había pagado 8.120 euros a la cadena Trece TV (y otros 15.103 a la Televisión Popular del Mediterráneo) a cambio de que entrevistasen a Alfonso Grau, vicealcalde, y al portavoz Alfonso Novo, entrevistas que se emitieron justo 48 horas antes de las elecciones municipales de mayo de 2007. Los entrevistados quedaron estupendamente. Y su partido recibió un espaldarazo televisivo fundamental de cara a las votaciones.

 Las subvenciones y la concesión de publicidad institucional a dedo son las formas clásicas que tienen los partidos gobernantes para que la tele les haga de sumiso altavoz. Pero la fórmula pagar por ser entrevistado puede ser una formidable vía de financiación para las teles. Naturalmente, quien paga, manda, o sea, que queda garantizado que el político recibirá de la tele un masaje glorioso. Me consta que hay un canal, uno por lo menos, que ya está ensayando esta vía como base para hacer un negocio redondo.

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