Televisión

La crítica de Monegal: Dos ministras de la Guerra, mucho calor y Pancho Villa

Monegal

Monegal

Ferran Monegal

Ferran Monegal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Me parece acertado que Cristina Gallego (‘El intermedio’, La Sexta) disfrazada de Ministra de la Guerra, se haya reunido con Margarita Robles en el Ministerio de Defensa. En efecto, en estos días preelectorales hay tanta guerra que se necesitan dos ministras del Ejército porque no hay bastante con una.

No me refiero solamente a la guerra política entre partidos, me refiero sobre todo a la guerra que se monta en los platós, muchos de ellos instituidos en trincheras al servicio de su banderita más afín. Las dos ministras Margarita departían amigablemente frente a la fotografía de Felipe VI, y decían: «Esta es la casa de todos los españoles, y aquí estamos para defenderlos». Estamos de acuerdo. Desde el punto de vista televisivo la audiencia necesitamos defensa enseguida. Pones la tele y lo verdadero y lo falso ya no se distinguen. Esta tarde, en ‘Todo es mentira’ (Cuatro) el portavoz del grupo vasco Aitor Esteban le contaba a Risto Mejide lo muy difíciles, y hasta belicosos, que son los pactos entre partidos. Advertía de que hay partidos más disciplinados, y otros que en su interior tiene facciones más feroces y díscolas. Decía: «El PP es como el Ejército Federal Mexicano, todos obedecen a toque de corneta. El PSOE es como el Ejército Revolucionario de Pancho Villa». 

Tremendo apunte historicista. En efecto cuando el dictador Victoriano Huerta tocaba el trompetín, todo el Ejército Federal Mexicano obedecía, por miedo más que por devoción o disciplina. En cambio, al revolucionario Pancho Villa hasta las amantes se le resistían. Cuenta su biografía que se enamoró de una vedete de origen español, de Vinaroz en concreto, María Conesa, ‘La gatita blanca’ de nombre artístico, que le dijo: «Mi general, una pulga como yo no duerme en su petate». Y Pancho Villa se quedó con dos palmos de narices.

 ¡Ah! Estas referencias bélicas de Aitor Esteban impresionaron mucho a Risto, que acabó preguntándole: «¿Usted cree que el calor beneficia a la derecha?». Hombre, un calor sofocante durante una jornada electoral puede tener consecuencias tremebundas. El 26 de agosto de 1990 ocurrió la masacre de Puerto Hurraco, y la célebre periodista de sucesos Margarita Landi sentenció: «Ha sido por el golpe de calor. El calor despierta instintos asesinos». O sea, que más que nunca necesitamos la defensa de las dos ministras Margarita.

Suscríbete para seguir leyendo