TÚ Y YO SOMOS TRES

La crítica de Monegal: Sufrimiento, felicidad y fimosis colectiva

Bahar y Arif en 'Mujer' (A-3 TV).

Bahar y Arif en 'Mujer' (A-3 TV).

Ferran Monegal

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Después de 127 capítulos, la señora Bahar de la serie 'Mujer' (A-3 TV) se casa finalmente con Arif. Felicidad absoluta. Y audiencias importantísimas. Dicen algunos expertos que estamos ante una gran operación televisiva que, desde hace pocos años, está impulsando Turquía. Sus teleseries se están emitiendo en todo el mundo con un éxito inaudito.

Solo en el telehipódromo español, en abierto, tenemos ahora mismo 'Mujer', 'Mi hija', 'Tierra amarga', Inocentes, 'Love is in the Air', más las de las plataformas de pago, o las del nuevo portal Dramax, exclusivo de telenovelas turcas. Algunos consideran que todo esto forma parte de una gran estrategia de Estado, para expandir los valores del islam por el mundo. Lo han asimilado incluso a una especie de 'soft power', una forma de impactar, cautivar y seducir a la audiencia con emociones televisivas islamistas.

No estoy seguro de que esto sea exactamente así. Por ejemplo, en 'Mujer', después de 127 capítulos de penalidades terribles y sufrimientos horrorosos, nos enseñan que Bahar alcanza el bienestar y la gloria en este mundo. O sea que no le ha hecho falta morirse para alcanzar el paraíso.

Es un mensaje meditable desde el punto de vista religioso. En el cristianismo la gloria se alcanza en la otra vida. En el islamismo también hay que esperar a morirse para llegar a la Yanna, el jardín del paraíso. Hay otros aspectos curiosos. En ninguna de las series que estoy siguiendo, o he seguido, he visto un solo instante de oración.

En Turquía casi el 80% de sus habitantes son musulmanes. Rezan la Azalá, en dirección a La Meca, cinco veces al día. Eso no lo hemos visto nunca. Ni siquiera han enfocado ni una sola vez una mezquita. Lo que sí es una constante es la defensa absoluta de la familia, en el sentido más tradicional y estricto. Y el amor entendido como una aséptica burbuja. Ni una escena de sexo, ni de cama, ni de besos, en ninguno de las cientos de capítulos.

Es muy meditable este universo tradicional y rígido que difunden. En uno de los capítulos de 'Mujer' nos enseñaron la fiesta de la circuncisión del pequeño Doruk. No hay que confundir circuncisión con fimosis. La fimosis se realiza en casos determinados por prescripción médica, la circuncisión obedece a un ancestral y atávico costumbrismo.

¡Ah! Ante el éxito de los culebrones turcos, no se si el futuro que nos aguarda va a ser una fimosis general, transgénero y

colectiva.

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