Juanjo Cardenal, la voz de 'Saber y ganar' que se jubila: "Soy más impulsivo que los 'magníficos'"

'Saber y ganar' lleva más de 24 años en La 2 divulgando y entreteniendo al público con sus infinitas y elaboradas preguntas, la imperturbable imagen de Jordi Hurtado y con el 'sabio invisible', Juanjo Cardenal, poniendo a prueba a los concursantes desde la sombra. La audiencia tuvo que esperar nada menos que 10 años para ponerle cara a la inconfundible voz del programa, que solo ha fallado a su cita con los telespectadores en tres ocasiones en casi un cuarto de siglo por motivos de salud. Y aunque muchos piensen que parece que el tiempo no pasa (sobre todo para el presentador), lo cierto es que es implacable: este miércoles 21 de julio (15.45 horas), el concurso más veterano de la tele española le rinde un merecido homenaje al profesional que hasta ahora lanzaba los interrogantes a los participantes, al que TVE jubila a los 72 años. Su sustituta será, a partir del 6 de agosto, Elisenda Roca.

Nacido en Madrid pero criado en Mataró, ciudad a la que se mudó su familia cuando él tenía solo dos años porque su padre había logrado una plaza como médico, Cardenal reconoce lo mucho que le debe al programa. "Primero, un sueldo durante mucho tiempo, lo cual es de agradecer y no es baladí. Y me ha permitido hacer algo que a mí me gusta, que es hablar", explica, incidiendo en que este es solo el cierre "de una etapa". "Sigo estando en la pomada. Dejo TVE por una cuestión burocrático-administrativa, pero voy a seguir haciendo lo mismo que ahora, menos 'Saber y ganar': pintar, leer y, si puedo, teatro o televisión", afirma un gran amante de la poesía y la literatura española, temas que precisamente se abordarán en el especial de este miércoles.

Cardenal nunca se hubiera imaginado, cuando el concurso se estrenó en febrero de 1997, haber llegado hasta aquí. "En nuestro tercer año, en la copa de cava que nos tomábamos todo el equipo en Navidad, Sergi Schaaff [el director] nos dijo que no nos quería alarmar, pero que tuviéramos en cuenta que llevábamos ya un buen tiempo y que eso no era normal para un programa, así que se podía terminar en cualquier momento", rememora. Las alarmas, sin embargo, nunca saltaron. El 'sabio invisible' no tiene muy claros los motivos de la longevidad del 'show', que él espera que perdure "por muchos años", aunque sea ya sin él.

Con anorak en julio

"No creo que haya ninguna fórmula mágica, porque si no todos los programas durarían mucho. Es un concurso blanco, la hora de emisión seguramente es importantísima y hemos conseguido la fidelización del público. Ese millón de personas que cada día nos ve son casi la misma gente", enumera sobre un espacio que él asegura que contribuye a difundir la cultura a través de las innumerables preguntas que plantea. Tantas, que ha perdido la cuenta. "¿Unas 600.000?", aventura, dubitativo. Él mismo ha colaborado preparando muchas de ellas. "Al principio las hacíamos con la mesa llena de libros de ciencias, de historia, de arte... Ahora también los usamos, pero tenemos la maravilla de internet", confiesa. Algunas, inevitablemente, se han repetido a lo largo de casi estos 25 años. "No conscientemente", puntualiza.

Además, "cada guionista le da su estilo", lo mismo que él a la hora de narrarlas, que ha sabido ponerle su toque personal, lejos del autómata parlante. "Eso era fundamental. Yo he me he formado en el Institut del Teatre y tenía claro que había que decorar un poco las preguntas", afirma un actor que trabajó en varias obras del 'Taller de comèdies' de TVE, que ha hecho teatro, alguna intervención en el cine y que dirigió y presentó un informativo en TeleElx. También probó como actor de doblaje, pero no le convenció, y eso que con el tiempo la voz iba a convertirse en su principal herramienta de trabajo. "Una vez estaba esperando a mi esposa en el Corte Inglés y alguien me dijo: ¿verdad que usted es el que no sale en 'Saber y ganar'?", rememora como anécdota, aparte del frío que se pasa en el plató y que le obliga a ponerse anorak en pleno julio. "El presentador y los concursantes no lo sufren, porque están rodeados de focos, pero ves a los cámaras con jerseis en verano".

A su sucesora, Elisenda Roca, prefiere no darle consejos. "Es una gran profesional y lleva mucho camino recorrido", se justifica. Sí que le ha pedido un favor: "Le señalé el sitio donde hago las preguntas y le dije, simplemente, que lo cuidara, que lo tratara con cariño y que lo haga como ella sabe hacerlo". Él, por su parte, se lleva el cariño de compañeros, de la audiencia y de muchos exconcursantes con los que sigue manteniendo relación. Entre ellos, algunos 'magníficos' (los que se han llevado más dinero), en cuyo selecto grupo cree que él no se encontraría si hubiera participado en el programa. "Soy más nervioso e impulsivo que los 'magníficos', que tienen una gran serenidad", subraya.

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