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La crítica de Monegal: Sanchis rinde su último servicio a Waterloo

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Ferran Monegal

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Esta entrevista que le ha practicado el todavía director de TV-3 Vicent Sanchis al nuevo 'president' Pere Aragonès ha sido un prodigio. Qué batería de preguntas. Qué andanadas. Qué 'pressing'. Qué sucesión de bombas de racimo. De la hora y media que ha durado la sesión, los primeros 55 minutos han sido un encadenado de latigazos en forma de preguntas.

Las entrevistas institucionales que históricamente ha ido practicando TV-3 a los 'presidents' de la Generalitat normalmente se caracterizaban por un tono, si no amabilísimo, al menos siempre positivo. Más todavía en el caso de un 'president' que no se le puede acusar aún de ningún desaguisado, metedura de pata o tropelía, porque acaba de ser investido. Pero Sanchis arrancó con áspera cadencia. Un tono seguramente muy pensado, muy estudiado, planificado al milímetro. Pongamos unas pinceladas de su arte interrogativo. «¿Se cree usted realmente que en los próximos dos años el Gobierno español aceptará la autodeterminación? ¿De verdad se lo cree? / Y dentro de dos años, ¿cuál será su siguiente paso, eh? / ¡En esta legislatura usted debería comenzar a desobedecer! ¡Como hizo el president Torra con la pancarta! / ¿Dígame qué es eso de la Assemblea de Càrrecs Electes? ¿Qué función tiene? ¡Es decorativa! / ¿Y qué va a pasar con el Consell de la República? / ¿Usted tiene idea del papel que debe tener el 'president' Puigdemont? ¡Él se considera el presidente legítimo, apartado del cargo por aplicación del 155!».

¡Ahh! Hubo momentos en que Sanchis apenas podía reprimirse. Una crispación facial le sobrevenía, reflejo seguramente de un ardor interno que, como un volcán, iba y venía. Es evidente lo que pretendía. No se trataba de dar la bienvenida al nuevo 'president' ni de escuchar sus futuras propuestas de gobierno. Se trataba de incrustar en la parroquia que el guerrero de verdad, el rompedor, el de la heroica confrontación contra el Estado opresor, ¡es el que está en Waterloo! Con este que se acaba de elegir aquí, y con su partido ERC, nunca se llegará ni a Ítaca ni a ningún sitio. O sea, trataba de transformar la prudente actitud de la que hizo gala Aragonès, en detestable cobardía.

¡Ah! Este último servicio de Sanchis, como activista a las órdenes de Waterloo, merece que en cuanto salga de TV-3 Junts le de un premio enseguida. En una potente productora de televisión o una 'ambaixadeta' como mínimo.

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