El informativo alternativo de La Sexta

Rodrigo Blázquez: "Me lo paso tan bien en 'La Sexta clave', que no me interesa ser el sucesor de Ferreras"

El periodista dirige y presenta el informativo que repasa con una mirada diferente los temas del día

Rodrigo Blázquez, en el plató de 'La Sexta clave'

Rodrigo Blázquez, en el plató de 'La Sexta clave' / periodico

Marisa de Dios

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Rodrigo Blázquez nunca se imaginó que saber alemán iba a cambiarle la vida. El periodista que entró en el nacimiento de La Sexta a cubrir el Mundial de Fútbol del 2006 porque conocía el idioma del país en el que se disputaba, Alemania, pasó luego a cubrir información parlamentaria y a dirigir programas como La Sexta columna y Más vale tarde. Desde hace unos meses, está al frente de La Sexta clave, el otro informativo de la cadena de Atresmedia.

Muchos decían que un informativo después de La Sexta noticias, y antes de El intermedio, que también repasa la actualidad con humor, iba a ser una saturación de información en la cadena.

Aunque todos jugamos con materia prima similar, que es el mundo real, cada uno intentamos aportar nuestra mirada. Sobre todo, nosotros hemos trabajado mucho la forma de contar las noticias.

Su forma de contar las noticias es a base de muchas preguntas. 

Mis hijas me dicen que soy muy preguntón. Hacer preguntas es una de nuestras señas de identidad.

Son las preguntas que piensan que se hace el telespectador.

Esa es nuestra obsesión. Yo, en los grupos de Whatsapp que tengo con mis amigos, mi familia, mis primos, lanzo muchas preguntas, porque hay gente muy diferente, y sumamos de ahí y del equivalente de todos los que hacemos el programa. Hay una cosa que muchas veces hacemos mal los periodistas, que es hacer nuestro trabajo para nuestros compañeros, cuando tiene que ser para la gente que decide dedicarnos 20 minutos de su vida.

"Hacer preguntas es una de la señas de identidad del programa"

¿Es La Sexta clave un informativo de autor? 

Es de los 10 redactores que somos, un trabajo en equipo. Podemos decir que es de autor colectivo. Intentamos mezclar temas que están muy en la agenda, contándolos de otra manera, y otros que no están en la agenda.

En su programa, y en La Sexta en general, son muy aficionados a los pactómetros y los vacunómetros

Los vacunómetros han servido para hacernos una idea de cómo iba la vacunación, que es el asunto más importante que tenemos ahora. Aunque a veces tengamos críticas de alguna consejería. Ya decimos siempre que hay matices, que no es lo mismo poner una vacuna a una persona de 80 años en un hospital de una comunidad pequeña con mucha densidad de población que llevarla a lo alto de un monte, a varios kilómetros del hospital más cercano.

¿Tanto ahora como cuando ha dirigido La Sexta columna o Más vale tarde se ha tenido que enfrentar a muchas quejas y presiones externas?

Aquí todo el mundo intenta hacer su trabajo, y el nuestro es contar las cosas de forma honesta. No hay que volverse loco porque alguien llame. Ya estaremos nosotros para coger el teléfono, contestarles con educación y explicarles que vamos a seguir haciendo lo mismo. No pasa nada.

¿Cómo se toma que algunos le consideren el sucesor de Ferreras?

Me lo paso tan bien en La Sexta clave que creo que no me interesa demasiado. Ferreras es una institución aquí en la tele. Aparte, ya tiene una sustituta, que es María Llapart. Yo solo puedo contar cosas bonitas de Ferreras en estos 15 años en los que ha sido mi jefe y me ha dado muchísimas oportunidades.

Usted entró en La Sexta en sus inicios, para cubrir el Mundial de fútbol de Alemania.

Cuando empecé en la cadena, ni siquiera teníamos informativos, la apuesta era más por el humor y el deporte. Y compraron el Mundial para que el público se antenizara, porque se nos ha olvidado que para que la gente viera La Sexta tenía que hacer algo en su comunidad de vecinos. Yo hablaba alemán, un compañero de Telecinco conocía a alguien de aquí y me dijo que probara. Entré hace 15 años y me mandaron a cubrir el Mundial. Me pasé 50 días en Berlín, una ciudad que adoro. A la selección española la echaron pronto, pero yo me quedé hasta el final y me lo pasé muy bien.

¿A qué se debe su afición por el alemán?

Creo que me vino porque de niño veía a mi padre estudiarlo, ya que trabajaba en una empresa alemana. Estuve allí de intercambio, trabajando algún verano y luego hice el Erasmus.

"En los 15 años de La Sexta, aparte de nuestra apuesta, la realidad ha dado mucho de sí"

Usted que ha hecho información deportiva y política, ¿qué vive más intensamente?

Para trabajar, me gusta menos el deporte. El Mundial fue espectacular, pero no me veía haciendo el día a día deportivo, me apetecían otras cosas.

En el deporte tiran a veces los colores del periodista, aunque con la política, en La Sexta también les critican por ser de izquierdas.

Nosotros salimos aquí, intentamos contarle a la gente lo que hay y, sobre todo, que tengan clara una cosa: que si pasa algo, si cogen el mando y ponen La Sexta, va a haber alguien en directo contándoselo.

En La Sexta clave tienen la sección Pelea de gallos, en la que confrontan opiniones opuestas de dos políticos, a veces incluso del mismo partido. ¿Es la política española muy de pelea de gallos?

Sí, es de peleíta de gallos. A veces comentamos que nos tememos que vamos a tener que seguir haciendo esta sección mucho tiempo. Y en la redacción tenemos la coña de decir: es que no podemos ser una aburrida socialdemocracia nórdica...

El bullicio informativo les dará también vidilla...

Bueno, si fuéramos una aburrida socialdemocracia nórdica también lo contaríamos, y con pasión. Nuestro guionista es el mundo real y sea valle o montaña, nosotros lo vamos a contar igual. Lo que está claro es que, en los 15 años de La Sexta, aparte de nuestra apuesta, además es que la realidad ha dado para mucho en este país.