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Asaltan el Capitolio y en La 1 chefs futbolistas

TELEVISIÓN MONEGAL

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Ferran Monegal

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El corazón en un puño. Seguíamos en casa el 'Telediario' de las 21.00 horas de TVE-1 y veíamos las imágenes de la turba asaltando el Capitolio, la sede de las dos cámaras, el corazón de la democracia de los Estados Unidos. El asalto acababa de empezar. Nos preguntábamos cómo acabaría todo aquello. Hay seis horas de diferencia con Washington. Allí eran las tres de la tarde. Quedaban muchas horas hasta el toque de queda. Podía pasar cualquier cosa. El insensato de Trump seguía sembrando el odio y alimentando la revuelta. Teníamos, repito, el alma en un puño. La zozobra nos invadía.

Todo lo que afecta a Estados Unidos afecta al mundo. A nuestro pequeño mundo particular, muchísimo. Aquello se parecía cada vez más a un golpe de Estado, alentado por el descerebrado Trump, todavía presidente aunque parezca mentira. No sabíamos si alguna autoridad movilizaría al Ejército. Y en esa inquietud estábamos, pegados a la pantalla, cuando sonaron las diez de la noche –las cuatro de la tarde en el Capitolio– y en el 'Telediario' nos dijeron: «Si quieren más información, vayan al Canal 24 horas». Y TVE-1 pasó en ese instante a emitir el programa enlatado 'Masterchef Junior', en donde los jueces Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Toni Cruz aparecieron disfrazados de futbolistas para tenernos entretenidos y soltar unas risas. 

Hombre, es tema. Que las cadenas privadas vayan a su bola y esa noche y madrugada del asalto al Capitolio no variasen su programación y nos colocasen la comedia 'La niñera mágica', el programa de ligoteo 'First dates', o el culebrón turco 'Mi hija', que siguieran impertérritas con su programación habitual mientras la actualidad conmocionaba el mundo, forma parte del ADN de la televisión entendida como negocio y no como servicio. Es lícito. Curiosamente fue una cadena privada, La Sexta, la única que se mantuvo fiel a la actualidad, siguiendo los sucesos del Capitolio hasta la madrugada, de forma ininterrumpida.

Pero que la gran cadena pública del país, TVE-1, abdique del periodismo en jornada tan decisiva para el mundo, es significativo de hacia donde subsumen y relegan su esencia informativa. Naturalmente en casa fuimos enseguida al Canal 24 horas (2,1% de media de cuota de pantalla) y allí al menos Diego Losada, Lorenzo Milà y Carlos Franganillo defendieron ese raro oficio, casi extinguido, llamado periodismo. Llámenme antiguo.

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