TÚ Y YO SOMOS TRES

Kiko evacúa, la Pantoja huele

Kiko contando cómo su madre le roba (Telecinco)

Kiko contando cómo su madre le roba (Telecinco)

Ferran Monegal

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Apoteósico. Nunca una estrategia televisiva sobre una turbia guerra familiar habia dado un volumen de negocio semejante. Contratando a <strong>Kiko</strong> en el especial <em>Cantora la herencia envenenada,</em> Tele 5 ha conseguido alcanzar simas infernales. No hay registros en la historia de la espeleología mundial que detecten haber llegado tan abajo. ¡Ah! Qué gesta. Puntas de audiencia de 5 millones de espectadores y 50% de cuota de pantalla. Cuatro horas y 20 minutos han mantenido a Kiko en pantalla, evacuando su dolor, y explicando cómo ha sido vilmente robado durante 34 años por su madre, Isabel Pantoja. Tremendo.

Llevaba una carpeta con los registros notariales sobre la herencia de su padre, el difunto Paquirri.  Detalló la tragedia que ahora ha descubierto. Su madre era simple usufructuaria de la herencia. Paquirri no se fiaba de ella. Lo dejó todo a sus hijos. Y ahora resulta que «Mi pequeño del alma, con tu piel de canela» ha abierto una puerta de una habitación de Cantora, y se ha encontrado con todo lo que era de su padre: los trajes, las joyas, los objetos, quizá hasta la caja fuerte, todo eso que le venían reclamando a la Pantoja los hijos de Paquirri desde hace 36 años, y que ella aseguraba que no tenía porque lo había robado un ladrón.  ¡Y la ladrona es ella!, exclamaba Kiko con gran desgarro interior. Después de abrir aquella puerta, Kiko ha abierto otras, y ha descubierto el resto del pastel. Fincas troceadas y vendidas sin ser de ella. Fincas hipotecadas, que en realidad a quien estaba hipotecando era a él. «Yo he sido su tarjeta de crédito», decía con la garganta seca.

Quisiera resaltar el trabajo de J.J.Vázquez en los primeros 20 minutos de entrevista. ¡Ahh! Qué maestría en el arte de lanzar el anzuelo para que la audiencia quedase enganchada más de 260 minutos de reloj. «¿Tu madre te ha robado? / ¿Crees que es buena persona? /¿Tu madre te quiere? / ¿La llevarás ante un juez?». ¡Ahh! Qué labor más perfecta. Y el momento estrella: «Para tu madre, ¿qué está antes, el dinero o sus hijos?». Y Kiko contestó: «¡El dinero!». Bravooo. Espectacular miseria, nunca igualada en la tele hasta la fecha.  Esquilo, Sófocles, Eurípides trabajaron bien las tragedias de hijos contra madres, y viceversa. Pero es inútil intentar pasar a Orestes, o a Medea, por los espejos deformantes de la tele. Solo se consigue un aquelarre triste, maloliente y garbancero.

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