TÚ Y YO SOMOS TRES

El balón firmado por el Barça era falso

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Ferran Monegal

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No sé cuántos de ustedes, amigas y amigos lectores, siguen la serie 'HIT' de TVE-1. Los que son padres deberían hacerlo. Los que no tienen hijos, también. Las catárticas lecciones que el controvertido profesor Hugo Toledo (Daniel Grao) les está impartiendo al grupo de alumnos conflictivos, los alumnos 'malotes', los 'bad boys', tienen una relevancia que trasciende la simple pantalla del televisor. Esta semana les habló de los demonios del pasado. Esos recuerdos, momentos, personas, objetos, que tenemos incrustados en el cerebro y que vivimos mal con ellos. Le habló de lo que hizo el pueblo alemán tras acabar el nazismo. Aquel movimiento de ética, de honestidad colectiva,  que se llamó 'Vergangenheitsbewältigung'. Les decía el profesor que era una forma de encarar el pasado y hacer las paces con él. En eso discrepo. Esto lo inició Konrad Adenauer en 1960, y no se trataba de firmar la paz con la vergüenza de haber sido colaboracionista –por acción o por omisión– con el régimen de Hitler, sino de enfrentarse a ese pasado, hacerle frente, de cara, asumir los errores, pedir perdón, y limpiarse por dentro.

Una de las alumnas del profesor se presentó con una urna. Dijo que eran las cenizas de su madre. Luego confesó que en la urna solo había polvo. Y añadió: «Las cenizas de mi madre, las de verdad, las tiré por el váter». Dijo que lo hizo para que, a través del retrete, llegasen al mar. Seguramente otro día el profesor profundizará en esta relación materno-filial, y los fantasmas que pueda encerrar. En casa nos ha subyugado el caso de Gustau, que es catalán, y que vive con su madre en Madrid. Es un muchacho singular. Bandera española que ve, bandera que arranca y coloca una 'estelada'. Se presentó con un balón del Barça, muy hermoso, firmado por los jugadores. Luego comprendimos por qué había elegido ese objeto. «Es falso. Todas las firmas son falsas. Mi madre se pasó una semana imitándolas». ¡Ah! No lo decía con rabia. Pero después de enseñar su falso balón, se marchó muy cabreado.

Interesante capítulo. Permítanme: ¿cuántos balones falsos nos están metiendo en la cabeza usando la tele como artefacto? ¡Ahhh! Lo que está haciendo Hugo, en realidad, es seguir el método Descartes. La duda metódica y racional. Someter a crítica todo lo que nos han incrustado en el cerebro desde nuestra más tierna infancia. Gran tipo Descartes.

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