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Sofía: 82 cumpleaños y con el marido "fuera"

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Ferran Monegal

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Son admirables los equilibrismos narrativos que han hecho en Audiencia abierta (TVE-1) para vestir la información sobre la regia efeméride que ha ocurrido esta semana. Resulta que la reina Sofía ha cumplido 82 años, y claro, dado que este programa es el NO+DO de la monarquía, había que hacer alguna cosita que quedase bonita. ¡Ah! Ya lo contaba y cantaba muy bien el gran rancherista mexicano José Alfredo Jiménez  en aquel inmortal tema suyo: Ojalá que te vaya bonito, ojalá que se acaben tus penas. Pues sí, la ranchera que le han preparado en Audiencia abierta a la reina Sofía también ha sido un prodigio. Han rozado el género de la fábula infantil, que es una rama de la literatura fantástica muy imaginativa. Nos enseñaron el concierto que le dedicaron las Juventudes Musicales de Madrid en el Auditorio Nacional, y resaltaban cómo la aplaudían, cómo se escuchaban entusiásticos gritos de «¡Viva la Reina!», y sobre todo nos advertían con acento enternecedor: «Cumple 82 años, pero sin ninguna intención de jubilarse, y con una agenda solidaria en un país en crisis». ¡Ah! Lo de señalar que el país está en crisis, y evitar añadir que su matrimonio está hundido hay que entenderlo como una licencia poética para no añadir más amargura al asunto.

También fue muy acertado el ejercício de literatura contorsionista que practicaron cuando resumieron lo que ha sido esta celebración de su 82 cumpleaños: «Lo celebró en familia pero con el Rey Juan Carlos fuera de España (..) Es una Reina educada para no quejarse y que afronta los nuevos tiempos sin recluirse en La Zarzuela». Hombre, eso de ‘lo celebró en familia pero con el rey Juan Carlos fuera’ es colosal. Dicho así parece como si el marido fuera, pongamos por caso, viajante de una firma de conservas, y que la efeméride de su esposa pilló a Juan Carlos –¡mecachis!–  cerrando en Abu Dabi la venta de una buena comanda de berberechos.

Bien mirado, toda esta narrativa edulcorada que le han dedicado en el NO+DO a la reina Sofía, quizá obedece a un punto de caridad cristiana. Intento comprenderlo. Después de todo lo que ha largado Corinna, la comedia de este regio matrimonio ya ha llegado a su fin. Allá ellos con sus martingalas y falsas apariencias. Lo reprochable es que la gran TV pública siga narrando el asunto como un cuento infantil.

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