TÚ Y YO SOMOS TRES

Terapia homeopática: que los niños vean Tele-5

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Ferran Monegal

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En este festival cornúpeta, mal llamado 'La isla de las tentaciones', que emite Tele-5 desde el Caribe, se acaba de producir un hecho relevante. Estaba Carlos Sobera en el plató, presentando y elevando a categoría artística los trabajos de rompimiento de matrimonios o parejas, cuando de pronto una de las criaturas que estaban allí, la joven Dorothy, comentó que hace pocos años atrás, cuando ella era todavía una niña, sus padres le tenían terminantemente prohibido ver Tele- 5. ¡Ah! Carlos Sobera pegó un respingo. No dudó ni un segundo. Se dirigió a Dorothy con ánimo resolutivo. Le requirió insistentemente: «¿Cómo se llaman tus padres? ¡Cómo se llaman!». E inmediatamente se plantó delante de las cámaras y lanzó este 'speech': «A los niños no se les puede prohibir Tele-5 porque es una cadena que fomenta las relaciones entre las personas y por tanto fomenta el entendimiento y la progresía de manera que cuando se hacen mayores saben distinguir perfectamente entre el bien y el mal. Eso en otras cadenas no pasa». Y los contertulios allí contratados le dedicaron bravos, vivas, y una gran ovación. ¡Ah! Interesante momento televisivo.

Comprendamos a Sobera. Al margen de que conoce bien el arte de la ironía, y que no se partió de risa después de escucharse a sí mismo en su 'speech', es natural que defienda al imperio que le paga.  Este golpe de honra salarial que le ha sobrevenido, aunque tenga tintes surrealistas, es comprensible. No obstante, y  bien mirado, hemos llegado en casa, con mi canario flauta Papitu, a la conclusión de que apoyamos a Sobera. Totalmente. Sí. Analicen bien este caso, amigas y amigos. Dorothy se pasó toda su infancia y primera juventud con la prohibición de ver Tele- 5. Sus padres consideraban que podía ser dañina para su salud mental. Y no obstante resulta que ahora que ya es adolescente crecidita ha acabado trabajando para Tele 5, contratada como 'vamp' ponedora de cuernos en el festival cornúpeta.

Hombre, visto lo visto, yo defiendo la tesis de Sobera. Lejos de prohibir a los niños que vean Tele-5, que la vean cada día. Eso sí, con gente a su alrededor –padres, maestros, educadores– que les expliquen y les hagan reflexionar sobre el tipo de televisión que miran. En el fondo es un tratamiento clásico de la homeopatía. Es una terapia efectiva. Quedan vacunados de por vida.

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