Un bolso bueno y un cruasán

Planteaban el otro día en Ilustres ignorantes (Movistar +) el tema de las emergencias, los sucesos, las desgracias que nos pueden sobrevenir de pronto en cualquier momento. Y Bob Pop, que estaba allí de invitado, tomó la palabra y advirtió: «Si me pasase algo a mí, llamad a Ana Rosa Quintana. ¿Hay algo más bonito en la vida que te ocurra una desgracia y que Ana Rosa se la cuente a España? ¿Y que sepas que ella se está haciendo de oro a costa de tu desgracia? Saber que yo estoy en la mierda, pero Ana Rosa se ha comprado un bolso bueno, eso a mí me compensa». ¡Ahh! La daga que lanzó Bob Pop era tremenda y afilada. Solo añadiría yo un matíz: además de la señora Quintana, hay más. El astuto y letal retrato que ha hecho Bob de esa forma de hacer televisión, encaja con el tratamiento televisivo del  caso Mainat. Tele 5 es el canal que más está escarbando. Toda la cadena está  volcada a pico y pala. Las Mañanas, el Deluxe, los Sálvame Limón, Naranja y Tomate, el Socialité, el Viva la vida, el Ya es mediodía... Más que informar, descuartizan el caso. Tan salvaje dedicación parece una venganza. Un ajuste de cuentas por aquella cruenta guerra que enfrentó a Mainat con el imperio Mediaset.

Los programas de T- 5, y sus webs, se llenan de rótulos y comentarios de opinadores y cotillas. Un zafarrancho colosal. Especulan con el supuesto intento de asesinato advirtiendo que Mainat tiene más de 100 millones de euros. Hurgan en personajes tangenciales, como un exchófer, que dice que todo ha ocurrido porque Pol, el hijo de Mainat, odia a su madrastra Ángela. La última novedad del viernes en Sálvame Naranja: pantallazos del teléfono de la rusa Alina, con mensajes que supuestamente manda ella a Mainat sobre sus apariciones en la tele: «¿Me daran 3.000 o 3.000+3.000? La última vez fueron 2.000». Y Mainat contesta: «No digas nada a la prensa. Reservate para la tele. Ahora te has hecho famosa. Estas guapa». O sea, la idea de que es Mainat quien está manejando todo el circo mediático.

Mantiene T-5, todo el día, un reportero y cámaras frente a la casa de Mainat. Conectan con él todos los programas, de la mañana hasta la noche. El viernes enseñó el cruasán que le dio Ángela para hacer más llevadera su guardia. Dijo: «No lo he comido. Lo llevaré a analizar por si acaso». ¡Ah! Para transportar el cruasán, un bolso bueno, de piel, de marca cara, sería lo adecuado.

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