'Skam España', una serie real para adolescentes

Con un confinamiento de por medio que dejó suspendido el rodaje de la  cuarta temporada, los numerosos fans de Skam España ya han podido degustar los primeros contenidos previos al estreno del domingo, 6, de esta entrega, la última, de la serie original de Movistar+ y Zeppelin TV (Endemol Shine Iberia), que cuenta de un modo real  y con respeto el día a día, los conflictos  las inquietudes de un grupo de adolescentes. En estos capítulos indagará en la vida del personaje más misterioso: Amira, la joven musulmana a la que da vida Hajar Brown.

Las situaciones a las que se enfrenta por tomar la determinación de lucir un hiyab (velo que cubre la cabeza) serán reflejo de las que viven  aquellas jóvenes atrapadas  entre dos culturas, que sufren el rechazo ante el desconocimiento y el miedo a lo diferente. La serie mostrará esa realidad, que se reproduce  fielmente gracias a que Hajar, quien ha asesorado al equipo en todas las temporadas para construir el personaje, se ha implicado especialmente en esta, ya que se toca de lleno la religión musulmana y sus tradiciones.

Y la ficción, que sigue el formato de la original noruega adaptándose a la situación de los jóvenes españoles, dará pistas de cómo afrontarlo, como ha hecho con todos los temas que se han planteado a lo largo de las anteriores temporadas: «Esta serie no es un documental ni pretende enseñar a la gente qué hacer o no con su vida, ni es un libro mágico de psicología Skam, pero sí una ventana. Y te da herramientas de cómo gestionar las cosas y de normalizar. De romper prejuicios. De abrir un poco  la mente», comenta Brown, que valora que para hacerla se consulte a psicólogos y haya un gran trabajo de investigación. «Es una ficción que no solo se propone  entretener, sino que deja mensajes y algunas pinceladas didácticas para quien las quiera recoger», sostiene,  Rafa  Taboada, productor ejecutivo .

Y así ha sido en las tres anteriores temporadas, que han reflejado aspectos que afectan especialmente a los adolescentes y que han plasmado los personajes, que son interpretados por actrices y actores que no son conocidos para darle mayor realismo a las historias. La primera contó la de Eva (Alba Plana) para abordar el tema de la desconfianza, el feminismo, el ciberacoso, el rechazo, la dependencia personal, las relaciones tóxicas y la amistad.

La cuarta temporada muestra las situaciones a las que se enfrenta Amira por llevar hiyab

La segunda temporada se centró en el personaje de Cris (Irene Ferreriro). Se hablaba de la bisexualidad, la exploración de la identidad y qué supone vivir con un trastorno límite de la personalidad. «Teníamos que decir qué es lo que queríamos ver en una serie y yo dije bisexualidad y personajes femeninos fuertes, y me lo han dado», se congratula Ferreiro.

La tercera tuvo como protagonistas a Nora (Nicole Wallace) y Viri (Celia Monedero).  En ella se planteaba las consecuencias de las crisis en los adolescentes y un tema tan delicado como las relaciones tóxicas y la sextorsión. Y lo hizo con tal acierto que ha sido premiada con el Cima TV a la Igualdad del FesTVal de Vitoria, otorgado por la asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales, por contribuir  a extender los valores feministas entre el público juvenil.

«El mejor premio que nos podían dar», dice Nicole. «Un honor», añade Celia. «Estamos muy orgullosos de  que se hayan fijado en una serie como esta, porque en esa temporada pusimos el foco en las relaciones tóxicas y en lo fácil que es entrar y lo difícil que es salir , pero a lo largo de todas no hemos parado de contar la vida de unas chicas con un mensaje feminista de empatía, de sororidad, de superación muy potente», apunta Begoña Álvarez, codirectora de la serie, junto con José Ramón Ayerra, y productora ejecutiva de Zeppelin. 

La ficción habla de los conflictos que afectan
los jóvenes y ofrece las herramientas para gestionarlos

Y ahora es Amira (Hajar Brown) sobre quien se pone el foco de entre las cinco protagonistas. Aunque hay otros personajes que aportan sus personalidades y realidades, y que se relacionan con ellas, por lo que tienen también un papel importante en las tramas y en lo que se quiere explicar. Es el caso de Dani, a quien da vida Lucas Nabor, que gana mucho peso en esta última temporada. «Si en la segunda le habíamos visto más protector, más hermano mayor, ahora le van a pasar cosas que va a querer vivir y le van hacer estar más vulnerable, con las emociones y los deseos a flor de piel. Un Dani más gracioso, más tierno  y más torpe», adelanta Lucas.

Alejandro, a quien interpreta Fernando Líndez, ha cambiado: «Mi personaje ha evolucionado muchísimo a lo largo de la serie. Al principio estaba más preocupado por su apariencia y condicionado por su liderazgo entre su grupo de amigos. Será muy interesante ver cómo pasa de adolescente a joven maduro que muestra abiertamente  su sensibilidad y su sencillez». Skam ha ido creciendo y también los actores. Alba Plana, ya rueda su primera película. 

Tamara Ronchese, Rizha (Joana),  aún no ha digerido el éxito de la serie. «¡El beso fue tendencia!», dice en referencia a la relación bisexual que mantiene en la ficción. «Flipamos con los fans», añade Alejandro Reina (Lucas). Porque Skam España ha propiciado un fenómeno fan que la sigue más allá de la pantalla, ya que las tramas se completan con conversaciones de Whatsapp e imágenes de Instagram compartidas en las redes. Una ficción sobre adolescentes con su lenguaje. No es de extrañar su éxito. Ni que se sueñe con una quinta temporada.