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Sergi Mas: "Los podcast son el Netflix del audio"

El periodista Sergi Mas

El periodista Sergi Mas / periodico

Marisa de Dios

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A sus 55 años y con una larga carrera en radio ('Força Barça, 'Arús con leche') y televisión ('Polònia', 'El hormiguero', 'La cosa nostra', 'Tips', 'Programa inesperat'), Sergi Mas lleva un tiempo metido de lleno en el mundo de los podcasts. Después del que abrió para 'Cinqüenters', su programa en Ràdio Estel al que volverá el próximo septiembre, dedicó otro a una de sus grandes pasiones, los cromos de fútbol, y ahora es la voz principal de los relatos del 'Cuaderno del verano' de EL PERIÓDICO.

Está de vacaciones de la radio, pero su voz vuelve a sonar, ahora leyendo los relatos del verano para los lectores del diario en la web.

No solo hay que leerlos, también interpretarlos. Es un trabajo de equipo que estoy coordinando y con el que estoy muy contento. Yo leo el guion varias veces y reparto voces. Porque lo podría hacer solo y ponerle las músicas, pero como cada cuento es diferente, si hay uno en el que una chica habla en primera persona, queda mejor que lo haga una mujer. No es que no tenga credibilidad si lo hago yo, pero entra mejor. Mercè Torrents y Javier Giménez graban su parte en estudios profesionales y me los envían en una buena calidad de sonido.

Lleva un tiempo metido de lleno en el mundo de los podcast. 

En EEUU, el podcast está muy extendido, pero aquí las cosas siempre llegan siete u ocho años más tarde. Y a mí es un mundo que siempre me ha gustado. Además, es supercómodo: te los bajas, son gratis, se descargan rápido, y si no te los bajas hasta te puedes apuntar a una suscripción y te llegan cada día. Te vas a correr a las ocho de la mañana, te pones los cascos y lo escuchas. Y si, como yo, no haces deporte, te lo colocas en el sistema de radio del coche o lo escuchas en el metro, y tratan del contenido que tú quieres, porque son muy selectivos. Ahora que tenemos tanta sobreinformación, todos queremos seleccionar mucho qué queremos escuchar. ¡Como si quieres escuchar un podcast de plátanos!

Usted no hace podcasts de plátanos, pero sí de cromos de fútbol.

A mí me apasionan muchas cosas, y una de ellas son los cromos de fútbol. También tengo el de 'Cinqüenters', porque ahora todos los programas de radio tienen el suyo, es la radio a la carta. Hay de todo tipo. Hay telebasura, que es un término muy instaurado, pero no hay podcasts basura. Los podcasts son ahora el Netflix de la radio y del audio, pero con una particularidad: son gratuitos.

Su último proyecto televisivo, 'Programa inesperat'

Estuve dos años en La 2, en el circuito catalán, con un programa que creo que es el mejor que he hecho, y mira que llevo años en esto. Pero es que un porcentaje muy alto del programa era improvisado. Yo solo sabía el invitado y tenía colaboradores. Era salir al plató y disfutar. Llegué a pedir no saber ni el invitado. Me puse tan pesado, que lo hicimos así en el último programa de la primera temporada. Salí y dije: "Con todos vosotros... '¡el invitado!. Y entró el Mag Lari, que fue el que acabó haciéndome la entrevista a mí.

¿No le supo a poco?

Hay veces que uno se cree que los programas son eternos, y no es así. ¿Y por qué no dura más? Porque los programas no duran toda la vida. Menos 'Saber y ganar', todos tienen un principio y un final.

Supongo que la experiencia es un grado a la hora de lanzarse sin red a improvisar en un programa.

Una de las mejores escuelas es retransmitir partidos de fútbol. Yo he hecho muchos a lo largo de mi vida y, desde que se mueve la pelota, no sabes lo que va a pasar, improvisas sobre la marcha y vas comunicando cosas que pasan en el campo en función de tus conocimientos. Porque a mí lo que me gusta es explicar cosas que no son de fútbol en un partido de fútbol. Me apasiona la historia y, si estoy retransmitiendo un partido en Granada, explico que ese campo antes había unas murallas o pregunto quién se acuerda de quién era el hijo de Boabdil. Eso me encanta.

La gente todavía le recuerda por su interpretación de Montilla en 'Polònia'

Aunque he hecho otros programas en la radio y la televisión, hay personajes que marcan mucho. En 'Polònia' estuve solo cuatro años, los de Montilla, por la semblanza clarísima que había. Solo necesitaba un poco de maquillaje, las gafas, y ya estaba. Después de este tiempo dije que me iba porque ahí había actores y actrices muy buenos y yo no soy actor.

¿Sigue pensando que en la tele de hoy en día hay mucho postureo?

Sí, estamos más pendientes de la formas que del contenido. A mí no me apasiona que esta moda por la estética y la imagen que se da en las cadenas generalistas sea una preferencia de los gustos de la gente. A mi hija, de 16 años, 'La casa fuerte' le encanta, porque dice que le entretiene. Ya lo decía Sardà: "una cosa es entretener y otra, el interés". A mí 'Sálvame' no me interesa, pero me entretiene durante un rato. Algo tendrán programas como estos cuando tanta gente los sigue y son líderes. Hay un desprecio por el género televisivo, pero hay que tener en cuenta que es muy difícil hacer televisión de entretenimiento. Y 'Sálvame' lo hace muy bien. Y si no te gusta, no lo veas, pon National Geographic.

¿Por qué no vuelve a la tele?

Me encantaría, tengo propuestas. Pero, a medida que te haces mayor, vas seleccionando mucho. Volvería con un programa propio o con una colaboración que me apasionara. En septiembre, si no pasa nada, haré un programa del Espanyol, una tertulia que he propuesto que se haga en un teatro con público. No tiene nada que ver una tertulia realizada en el silencio de un plató con hacerla en un teatro. Otra cosa es que pueda haber público de aquí a dos meses, viendo cómo va esto del covid. Veremos qué pasa. Desde luego yo prefiero un teatro y por Youtube.

Pensaba que preferiría no hablar de fútbol con el descenso del Espanyol...

Claro que sabe mal. Te afecta porque te gustan esos colores, pero puedo hacer un programa del Espanyol desdramatizando el club. Si se pueden hacer bromas de política y de religión, ¿por qué no del fútbol? Hemos avanzado, pero todavía nos faltan algunos grados para seguir desdramatizando el fútbol, para seguir tomándonoslo todavía más en broma.