un final "impactante"

'Las chicas del cable' se despiden con más muertes

Blanca Suárez, en la última tanda de episodios de 'Las chicas del cable'

Blanca Suárez, en la última tanda de episodios de 'Las chicas del cable' / periodico

Marisa de Dios

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Madrid, 1939. La guerra civil ha acabado, pero la contienda sigue causando estragos en parte de la población, también entre 'Las chicas del cable'. La serie que inauguró la producción española de Netflix se despide este viernes 3 de julio con el estreno de los últimos cinco capítulos de su quinta temporada, que ponen punto y final a una historia marcada por la sororidad y el homenaje a unas mujeres que lucharon por unos derechos y unas libertades que les podrían acarrear la cárcel.

Entre rejas es precisamente donde se retoma la trama, ambientada siete meses después de que Lidia (<strong>Blanca Suárez</strong>) fuera ingresada en un centro de reeducación dirigido por la indestructible doña Carmen (Concha Velasco), que se aprovecha de su posición para ajustar las cuentas pendientes con la madre de su nieta. "Esa experiencia enfrentándose a vejaciones le dará una energía brutal para hacer justicia con el propósito de que lo que ha vivido ella no le vuelva a pasar a nadie más", avanza la protagonista.

Aunque el futuro no es muy prometedor para estas mujeres que han abanderado la lucha feminista, sabiendo que quedan por delante casi 40 años de dictadura franquista. "El final de la serie es muy potente, trágico pero esperanzador para muchos de los personajes", asegura Suárez. "Es impactante y tampoco muy esperado. Estamos muy contentas porque es un desenlace justo, el mejor que podrían tener los personajes", añade Ana Polvorosa, que da vida a la transexual Óscar.

Su historia de amor con Carlota (Ana Fernández) ha sido uno de los puntales de la ficción, abordando una relación que rompía con las normas establecidas para la época. "Nuestra trama ha acercado el tema de la transexualidad de una manera muy humana y tierna, sin morbo", considera Fernández. "Todas las escenas de encuentros físicos que hemos tenido han estado muy cuidadas y las puede ver una chica de 15 años o una mujer de 70", agrega.

Marga, embarazada de ocho meses

"Es una temporada dura, de mucha acción", adelanta Nadia de Santiago, que da vida a Marga, que comienza esta última tanda de episodios embarazada de ocho meses y con su marido y su cuñado ocultándose de la policía. "La imagen es muchísimo más cruda y muestra a los personajes de forma más humana, sin fijarse tanto en la estética y mostrando también esa parte que se escondía en temporadas anteriores debajo del carmín y de vestidos estupendos", agrega Suárez.

Con la dictadura encima y unos cuantos enemigos acechando, la muerte volverá a cruzarse con las chicas. "Es algo que siempre ha estado muy presente en la trama, igual que el amor, así que alguien del reparto tiene que caer", desliza Fernández. "Ya hemos tenido muertes muy trágicas en otras temporadas", recuerda Polvorosa sobre una serie que ha servido para que las nuevas generaciones descubran a lo que se enfrentaron sus abuelas o bisabuelas. "Me enternece cuando chicas que están en plena adolescencia nos dicen que les hemos dado fuerza para seguir luchando por lo que quieren, para seguir abriéndose su hueco en la sociedad y hacerse valer como mujeres. Porque todavía nos queda mucho por hacer", recalca De Santiago.