ENTREVISTA

Àngel Casas: "La tele es más pornográfica ahora"

El periodista ha publicado 'Sidonei té més d'un amant, su segunda novela sobre el Sants de la época franquista, en la que habla de represión, doble moral y erotismo

ÀNGEL CASAS

ÀNGEL CASAS / periodico

Inés Álvarez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Àngel Casas ha cumplido 74 años en abril, aunque se puede decir que su vida volvió a comenzar el pasado mes de enero, cuando su mujer le regaló su riñón. Además de órgano, el periodista ha estrenado novela, Sidonie té més d'un amant (editorial Univers, en catalán, y Catedral, en castellano), un retrato del Sants más oscuro del franquismo, en el que anidaba la doble moral, el erotismo y las intrigas políticas. El alma mater de programas de televisión como Musical Expres y Día a día ya no añora la tele. Aunque le hizo muy feliz.  

Ha comenzado el año con libro y riñón nuevos…

Sí. Y hay que dar gracias a mi mujer, que es la que me lo ha donado, porque con 33 años lo normal es que te den una patada en el culo.

A Max Morrison, el personaje de su nueva novela, nadie se lo donaría.

Sï, porque es de difícil relación con la gente. Y con las mujeres en particular, desde que descubre que su madre ejerce la prostitución. A partir de ahí todo va peor, pese a que triunfa en la vida. Es un perdedor que gana.

También tiene una difícil relación con Barcelona.

Y con Sants. En mi primera novela sobre Sants, el protagonista es un enamorado del barrio. Y en esta, un tipo que lo detesta. Y a Barcelona. 

En la novela aparece una época con su represión, doble moral, catolicismo...

La novela no nace por Morrinson, que entra como estrella invitada, sino por una tienda de fotografía de Sants de 1904, que aún existe. Pensé: ¿te imaginas que esta gente que tiene un Sant Cristo colgado y una silla para las bodas, se dedica a hacer retratos de desnudos para la revista París-Hollywood? Necesitaba a alguien que lo ligara. Y Max era perfecto, porque quería ser fotógrafo. El final es duro, pero tiene sentido. Los maristas me odiarán. Pero yo también les odio.

No es autobiográfico, pero esa venganza es suya.

Es que una generación hemos tenido una infancia complicada. La presión política para un niño es difícil de detectar, pero nos venía por esa gente. Y uando tienes 14 o 15 te das cuenta de lo que están vendiendo. Mucha gente piensa que es autobiográfica, y en Facebook me dicen: "Pobre Àngel". Y les digo que me lo he inventado. Todo lo que  escribo es posible, pero improbable.

El erotismo es casi un personaje más.

Todo es erótico. También hay mucha política.

La música está muy presente. E invita a escuchar la canción Sidonei

Vale la pena. Porque si no escuchas a Bridgite Bardot cantando ese minuto y medio... Yo compré el disco con 15 años. El año pasado mi mujer debía de estar harta, porque me lo ponía mucho para inspirarme. 

La Bardot fue un gran mito erótico.

Sobre todo de Catalunya. Porque en Francia había dos: Brigite Bardot y Silvie Bartan. 

En la novela hay falsas denuncias por abusos sexuales por política. ¿Cree que eso sucede?

Estoy seguro de que hay puñaladas traperas. Basta mirar los diarios. Política y sexo va ligados. Y una cosa que gustará mucho al lector son las venganzas. A la gente le encantan. 

¿Quiere ser el novelista de Sants, como Mercé Rodoreda lo fue de Gràcia?

Mal me está decirlo, pero sí que hay poca obra escrita sobre Sants. Manolo Vázquez lo fue del Raval. Marcé, del Carmel. Y Sants se lo merecía. Mi idea es hacer una triología: Vides de Sants.  

¿Es cierto que va a novela por año?

Es que me he tirado muchos con ganas de escribir, pero no podía hacerlo porque tenía mucho trabajo. 

¿Añora su etapa en la tele?

Ya no. Pero ha sido una época muy importante de mi vida. Como la de la escritura. Piense que yo inventé la revista Vibraciones.  Luego hicimos El viejo topo. Fue una época muy bonita. Pero en la tele... con 74 años, ¿de qué quiere que haga? Añoro sobre todo Musical Express. He entrevistado a Mick Jagger, a David Bowie, a Leonard Cohen, a Joe Coker a muchísima gente...

A su programa de entrevistas en TVE Un día es un día 

Sí. A El Hormiguero se los llevan, pero nosotros íbamos a buscarlos. Y al principio costaba.  

Y acababa con un estriptís, algo impensable en la actualidad.

Pero la tele es más pornográfica ahora. Porque el estriptís no es pornográfico. Era una obra de arte. Hacíamos el casting en París, con jóvenes que hacían ballet. Ahora no se podría justificar. Pero en su momento, sí.

¿Le molesta pasar a la historia por esos estriptís?

No me sabe mal, porque estaba hecho con mucha dignidad. Entonces incluso era progresía.

TEMAS