Motos, sin mascarilla, se siente perseguido

Ha advertido Pablo Motos esta semana en El hormiguero (A-3 TV) que se siente perseguido. ¡Ah! El síndrome persecutorio es un transtorno existencial muy inquietante y turbador. Mostró Motos esa foto que les adjunto, en la que se le ve caminando por la calle, sin mascarilla, y preguntaba en voz alta, mirando fijamente a la pantalla: «¿Quién ha enviado a ese fotógrafo de Europa Press a la puerta de mi casa? ¿Cuál es la intención? ¿Desacreditarme? ¿Intimidarme? ¿Hacerme callar?». ¡Ah! Pongamos en contexto estas sospechas que lanzaba el propietario y presentador de El hormiguero. Desde que comenzó el confinamiento por el virus, Motos ha venido haciendo cada día, al comenzar su programa, un monólogo muy crítico con la gestión del gobierno de Pedro Sánchez sobre el coronavirus. He seguido con atención todas sus perdigonadas. Algunas han sido acertadas. En otras ha patinado mucho.

Por ejemplo, cuando hace pocos días se metió con el aspecto indumentario del epidemiólogo Fernando Simón en sus apariciones oficiales informando sobre la pandemia, y le dedicó este souvenir: «Parece que lleva varios días durmiendo en un coche». Ninguna gracia tiene esta burla. Sólo la han celebrado algunas zonas de la caverna troglodita. A Simón se le puede hacer la crítica por la gestión de la crisis. Hacerla por el aspecto de su rostro o su forma de vestir es mezquino. Y más tratándose de una persona que sufrió infección por el virus y estuvo recluido por cuarentena.

La cuestión es que Motos ha sido pillado por la calle sin mascarilla, y se extraña de que su caso sea noticia. Hombre, debería recordar que es una estrellita televisiva. Con El hormiguero ha conseguido una gesta colosal: abrir un chiquipark en horario nocturno. Y con un éxito de audiencia extraordinario. Eso le ha hecho, merecidamente, famosísimo. Ser muy popular tiene estos peajes. Hace dos semanas el propio Motos, comentando las salidas de Rajoy, dijo en tono de reproche: «¡Sale por ahí porque se cree especial!». Pues aplíquese la misma medicina. Otra cosa es su insinuación de que le persiguen debido a sus críticas. Esta advertencia es más grave. Cita e involucra a Europa Press, acreditada agencia de noticias, asimilándola a un instrumento de espionaje por cuenta ajena. La insinuación lleva dinamita.  Feo asunto.