David Verdaguer se ríe de los 'Tabús' en TV-3

Reírse de cosas que en principio uno no se debería reír. Como de los problemas con que se encuentran los ciegos, o los obesos, o el colectivo LGTBI. Esa es la arriesgada propuesta que hace el programa Tabús, presentado por el actor David Verdaguer y que estrena TV-3 esta noche, tras el Telenotícies Vespre. 

El espacio, compuesto por ocho capítulos, conoce también la realidad de los enfermos terminales y con trastornos mentales, además de la de las personas con diversidad funcional, de otras etnias y aquellas que se hallan en situación de pobreza. El humor siempre estará presente, sobre todo en el monólogo que ofrece el actor al final.

«El punto de partida es provocador», reconocía Cristian Trepat, jefe de Entreteniment i Culturals de TV-3, en la rueda de prensa mantenida ayer por videoconferencia. Y es que la cadena tenía sus reticencias con respecto al nuevo formato que les proponía El Terrat, pese a ser un programa que ha triunfado en Bélgica, Canadá y Suiza y ha ganado un Emmy Internacional en la categoría de programa de entretenimiento sin guion. «Teníamos muchísimo miedo», añadió Vicent Sanchis, director de TV-3, pero al ver los primeros capítulos ese temor despareció.

Para Agustí Esteve, director general de El Terrat, la clave del éxito del programa es la acertada elección del presentador: «David Verdaguer es empático, respetuoso, tierno, humano, curioso y tiene humor», algo muy necesario para que las personas que participaran en ese proyecto se sintieran cómodas durante la convivencia y dieran a conocer su realidad. Porque los ingredientes de este programa son precisamente eso: «unas historias potentes» y la justa dosis de «humor negro», según Trepat.

El presentador

David Verdaguer, que desde el APM? no había vuelto a la televisión para trabajos que no fueran de su faceta de actor, no dudó ni un segundo en aceptar el reto. «Me gusta mucho hablar con la gente y  escuchar», aseguraba en la rueda de prensa, quitándose el mérito de haber encarado un proyecto que requería de mucha delicadeza; explicándolo con toda normalidad, la misma que exhibe en el programa cuando habla con los protagonistas del colectivo sobre su dura  realidad.

Unos prejuicios y tabús que luego aborda  en clave de humor en el monólogo que ofrece, meses después de aquella semana de convivencia, en La Paloma, delante de miembros de ese colectivo y de sus cuatro o cinco protagonistas. «Si al público no le gusta el programa», decía, él será feliz con «que les guste a ellos y al colectivo que representan».

El 'casting'

Otra de las claves de Tabús son esas 34 personas que han aceptado participar, escogidas en un casting de entre las 200  que habían propuesto las asociaciones a las que pertenecen o sus médicos. Tres de ellas asistieron a la rueda de prensa: Maria Petit, en representación de la ceguera (el programa de estreno); Amalia González, de las enfermedades terminales, y Mar Vilaró, de la obesidad.

Todas coincidieron en admitir que en un principio les había provocado reticencia eso de convivir durante una semana en una masía, por temor a que se tratara de una especie de Gran hermano. Pero pronto descubrieron que se convertiría en una gran experiencia con  la que podrían dar visibilidad a su colectivo y demostrar que tras él hay personas. Y es que a través del humor todo es mucho más fácil.

Como decía Verdaguer (el actor, no el mosén): «Soy un vitalista pesimista, pero este programa me ha confirmado que el humor salva vidas». Y en estos momentos, las historias de superación, de que se puede salir de todo, nos vienen pero que muy bien.