TÚ Y YO SOMOS TRES

En 'The Good Doctor' también hay virus

Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

El doctor Murphy ante la epidemia. (T-5) / periodico

Ferran Monegal

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El pasado domingo, en El objetivo (La Sexta) Ana Pastor entrevistó a María Neira, directora de salud pública de la Organización Mundial de la Salud. Habló, naturalmente, del coronavirus.  Su conocimiento global de la situación, dado su cargo, es sobresaliente. En un momento dado incidió en los mass media, en el papel de los medios de comunicación. Comentó lo de las fake news que estos días están apareciendo.  Y en un momento dado, advirtió: «Cada vez que ocurre alguna epidemia vírica en el mundo hay canales de televisión que reponen enseguida aquella película, Outbrake(Estallido, en España) que protagonizó Dustin Hoffman». Dos días después de esta advertencia, el martes, en Tele 5 programaron dos capítulos seguidos de The Good Doctor que llevaban por título Cuarentena I y Cuarentena II.

En el hospital del doctor Murphy se produce una situación de pánico. Se declara una infeccion vírica. Sellan puertas y ventanas. Nadie puede entrar ni salir. Comienzan a producirse muertes. El personal sanitario  viste con escafandras y grandes protecciones. Son dos capítulos angustiosos. Hasta que al final, después de tenernos asustados durante hora y media, resulta que aquel virus no se transmitía por el aire, sinó que necesitaba medio acuoso, y lo desactivaron en un plisplas y todos contentos.

No sabría decirles si la emisión de estos episodios –corresponden a la segunda temporada, emitida en EEUU en el 2018– fue fruto de la casualidad, o fueron seleccionados pensando en el impacto de la actualidad del coronavirus. Como estrategia oportunista les ha salido redonda: hicieron record de temporada, con casi dos millones de espectadores.

EL ASESINO DEL PUTXET .– En este clima de sensacionalismo, debo felicitar a Carles Porta. Demuestra en su serie documental Crims (TV-3) que se puede abordar el genero de los sucesos suscitando interés pero sin que nos quede la sala de estar como un matadero. Esta semana nos habló del asesino del Putxet. Una exposición impecable. Nos atrapó sin necesidad de impactos morbosos. Le hubiera costado poquísimo a Carles Porta contratar a un par de figurantes aficionados a la comedia y que teatralizasen el crímen en el parking. Bien rociados con ketchup, hubiera sido muy horroroso y vistoso. ¡Ahh! Gracias Porta, por dignificar el oficio. Y la tele.