TÚ Y YO SOMOS TRES

Venganza Campos: el muerto es el otro

Ajuste de cuentas con sarcasmo de Maria Teresa Campos sobre su ex Edmundo 'Bigote' Arrocet

Ferran Monegal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El ejercício de la venganza, dispensado con humor, es una herramienta de formidable  efectividad. María Teresa Campos ha visitado a David Broncano (La resistencia, #0 Movistar+) y ha destilado sobre Bigote Arrocet, sin nombrarlo, una ironía demoledoramente caústica. Le ha preguntado Broncano si sale por las noches y ella ha contestado: «No salgo. Estoy de luto... por el muerto» y añadió con una socarronería que el público agradeció, desternillándose: «Estuve en el cielo puede esperar.

¡Ahh! Se le entendía todo a la señora Campos, sin necesidad de nombrar ni una sola vez el nombre de Edmundo, su examado. Esta segunda aparición de María Teresa Campos en La resistencia, tiene efectos terapeúticos indudables. Saber reírse de las propias penalidades amatorias es una buena forma de curarse. Siempre recordaré, con devota admiración, aquella vez que Antonia Dell’Atte apareció en la tele, se dirigió a Anita Obregón –que acababa de liarse con Alessandro Lecquio, al que Antonia llamaba con sarcasmo 'mi Caro Daddo'– y exclamó: «Querida, tú no me lo robas. Soy yo la que te lo regalo. Y no te puedes ni imaginar mi descanso».

PRESIDENTE, ¿QUÉ VA A HACER CON TVE? .–  Eso le preguntó Ana Blanco a Pedro Sánchez en la entrevista que le practicaron el lunes en TVE-1. Fue la última pregunta, o sea, como la de menor importancia. Y el presidente respondió: «RTVE ha sido víctima del bloqueo y hay que hablar con todos los grupos parlamentarios para desbloquear el nombramiento del Consejo de Administración y poner en marcha todos los retos...». O sea, una respuesta que no aclaró nada. Hay 20 consejeros seleccionados desde hace tiempo y en teoría hay que elegir a 10, pero no parece que esto vaya a prosperar. Hay una Administradora que lleva año y medio de provisionalidad y no se sabe si la reemplazarán con una figura de consenso o quizá una figura de afinidad determinada. Lo que parece que pasa, según observadores mal pensados, es que hay gran interés en una de las fuerzas coaligadas –incluido un productor de avidez demostrada– que sueñan con el ministerio de la propaganda. La guinda es pillar la facturación  que hace funcionar la colosal maquinaria.