TÚ Y YO SOMOS TRES

Arrocet llora en el 'funeral' de la Campos

Bigote Arrocet en el funeral de la Campos. Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

Bigote Arrocet, 'enterrando' a María Teresa Campos. / periodico

Ferran Monegal

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Este programa, El cielo puede esperar (#0, Movistar+) tiene golpes tan sensacionales como bárbaros. Ya saben de qué se trata: simulan que se muere una celebrity famosa en el telehipódromo estatal, y la gracia, el humor negro, consiste en que la falsa difunta asiste, escondida, a su propio funeral y a los tristes parlamentos de sus seres más queridos, que la van despidiendo y enterrando entre lágrimas.

¡Ahh! Esto de la necrológica en vida, con toques de humor bien trabajados, es un arte. Pero la mecánica de los programas a veces tiene golpes cafres. Es el caso de esta semana. La difunta, el supuesto cadáver, era el de María Teresa Campos. Y entre los asistentes a su entierro estaba Bigote Arrocet en lugar muy principal.

¡Ahh! Su cara era un rictus de dolor muy desgarrado. Salió a decir unas palabras. Las hijas de María Teresa, además de un nutrido grupo de amigas y amigos que despedían a la difunta (Paz Padilla, Toñi Moreno, María del  Monte, Pepa Bueno, Jaime Peñafiel, Juan Ramón Lucas, Manuel Campo Vidal...) le escuchaban consternados.

Decía Arrocet, casi llorando: «Decían que el humorista era yo, pero de eso nada. La vacilona y entretenida era ella. Los pasteles la volvían loca. Los postres. Su canción preferida era 'Gracias a la vida'. Yo doy gracias a la vida por haber conocido a Teresa en el postre. Gracias Teresita, ¡me has dado mucha felicidad!» y gimoteaba con un desasosiego interior muy acentuado.

María Teresa Campos, que seguía su funeral desde un despacho, ponía sus manos en los labios y le mandaba besitos a Bigote con una ternura y un cariño muy grandes. ¡Ahh! Qué escena más hermosa si no supiesemos la tremenda debacle que ha ocurrido entre ellos dos hace escasas semanas.

Es lo que tiene grabar un programa pongamos en septiembre, y que lo emitan en enero. Aquel amor otoñal entre Arrocet y la Campos, en diciembre ha acabado a punta del más frío puñal. «Me dijo adiós por WhatsApp, y que no le buscase ni le llamase porque sería peor» ha declarado la Campos a ¡Hola!.

Y en Tele 5, que son muy delicados, aseguraban que Bigote se acostaba, al menos, con dos señoras más mientras vivía con ella, y que iba diciendo por ahí: «María Teresa chochea». ¡Ah! Después de este rompimiento tan descarnado, este El cielo puede esperar ha sido, esta vez sí, de tierra trágame.