TÚ Y YO SOMOS TRES

Todo cornudo tiene derecho a no enterarse

Tele 5 inaugura un gran centro cornúpeta en la República Dominicana

Todo cornudo tiene derecho a no enterarse. Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

Mónica Naranjo ('La isla de las tentaciones'). / periodico

Ferran Monegal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ya está Tele 5 en su salsa. Los primeros días del año han sido de gran excitación política, y como que Mediaset el arte de la política no le interesa para nada solo le separaba de TVE-1 y de A-3 apenas un punto nada más. Pero ya han encendido de nuevo su barbacoa de carne humana y nos han colocado su primer reality.  Se llama La isla de las tentaciones. ¡Ah! Es un festival de cuernos desparramados por la República Dominicana. La técnica de este zafarrancho es calcada a otro reality que hacían en A-3 TV en 2002, en el Algarve, y se llamaba Confianza ciega. O sea, han contratado a unas cuantas criaturas desgajadas de Mujeres y Hombres y Viceversa, Gran Hermano, First Dates..., los han juntado en forma de parejas  –hacen ver que son matrimonios pero eso ya no se lo cree nadie– y los han transportado hasta el Caribe. Allí les aguardaban diez palomitas, y diez pollastres, todos fenomenales, y todos en tanga y taparrabos. Y la cosa consiste en ver cómo las parejas se van rompiendo a base de ponerse unos cuernos colosales.

La cadena, y la productora Cuarzo, parece que tienen grandes esperanzas depositadas en esa especie de Bailén 22 que han montado. En especial esos momentos en que llaman a uno de los supuestos maridos (o esposas) y le dicen «Ven que te vamos a enseñar una cosita» y le ponen delante de una tele y asiste al espectáculo de su pareja machihembrada con otro o con otra, haciendose roscas bucales, edredonings y fornicaciones variadas. O sea que la pobre criatura va viendo reflejado en el cristal del televisor el nacimiento de sus astas. Hombre, eso es lo más terrible de este programa. Conculcan el primer mandamiento de los derechos del cornudo, que consagra este principio: Todo el mundo lo sabe  menos el que los lleva colocados. En efecto, el cornudo tiene derecho a su ignorancia. Eso al menos debería respetarse.

En julio de 2002, en La columna (TV-3) Julia Otero entrevistó a Francine Gálvez que acababa de terminar su contrato como madame de aquella Confianza ciega de A-3 en el Algarve. Le preguntó: «¿Cómo se pasa de conducir un Telediario (TVE) a eso otro?»Francine contestó: «La aprensión inicial se me fue pasando». Y entonces Julia, mirándola con una ternura muy grande, le soltó: «Sí, se te fue pasando en cuando viste el cheque». ¡Ahh! Ahora la madame del Caribe es Mónica Naranjo. Parece que también está necesitada.