TÚ Y YO SOMOS TRES

Investidura: de Harrison Ford a Coluche

Investidura: de Harrison Ford a Coluche Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

Tortell Poltrona, Premis Zirkólika (El 33). / periodico

Ferran Monegal

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Eran las 14.29.26 de la tarde. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, proclamó investido presidente a<strong> Pedro Sánchez</strong>. Y en Al rojo vivo (La Sexta) pincharon entonces aquella gloriosa melodía que compuso Jerry Goldsmith para la película Air Force One. Vibraba La Sexta seguramente imaginando que Sánchez, en su escaño, era como el heroico y victorioso Harrison Ford en su avión presidencial.  ¡Ah! Tengo que revisar el resto de cadenas, a ver qué musica pusieron a esa hora exacta. Quizá alguna, menos entusiasmada, prefirió pinchar el tercer movimiento de la Sonata para piano número 2, op. 35, de Chopin, o sea, la llamada Marcha fúnebre, que es de una tristeza intensa y penetrante. Las cadenas son así, cada una tiene su corazoncito y todas nos dibujan la realidad a su manera, con bárbaro sentido del pintoresquismo y la versatilidad.

Unas 12 horas antes de esta magna sesión congresual, estaba nuestro canario flauta Papitu en su jaula haciendo zapeo, y se detuvo en El 33. Estaban emitiendo la gala de los premios de circo Zirkólika. Y justo al pinchar ese canal apareció nuestro payaso sin fronteras más universal, Tortell Poltrona. ¡Ah! Siente Papitu por Tortell un cariño extrordinario. Nos mandó callar a todos enseguida para poder escucharle. Y Tortell hablaba de aquel cómico que tanto triunfó en Francia, Michel Colucci alias Coluche, que solía salir tocando el violín con guantes de boxeo y tenía por lema: «Siempre grosero, nunca vulgar». Era un payaso ácido, mordedor, sarcástico, feísta y de una impertinencia colosal. Sus detractores le consideraban irritante. Sus admiradores, genial. Tuvo su máximo esplendor cuando decidió presentarse a presidente de la República francesa, en 1981. Se retiró a pesar de tener un 16% de intención de voto. Mientras estuvo en campaña, eclipsó a todos, incluidos Giscard d’Estaing y Mitterrand. Decía: «Los políticos suplantan a los cómicos, por eso he decidido suplantar a los políticos». Y su foto oficial era sentado en el váter. Pedía a «todos los gandules, los alcohólicos, los travestis, los locos y los parásitos» que le votasen para «cubrir de mierda a los políticos hasta el día del Juicio Final». Yo creo que Tortell Poltrona se ha acordado de Coluche viendo por la tele el espectáculo que han dado algunas ultramontanas señorías desde sus poltronas congresuales.