TÚ Y YO SOMOS TRES

Aquel abrazo del que ya no se habla

Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

Boris analizó el abrazo Sánchez-Iglesias.   / periodico

Ferran Monegal

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Ya no se habla en la tele del abrazo. Aquel abrazo que se dieron Sánchez e Iglesias hace apenas tres semanas y con el que intentaron escenificar el pacto. Ahora en la tele solo se habla, se especula, sobre otro posible abrazo: el de Sánchez y ERC para que haya Gobierno. O sea que el foco informativo sobre Podemos lleva dos semanas desplazado. Parece que los informativos de la tele dan por buena la imagen de Iglesias y Sánchez abrazados. Por eso ha sido interesante que Boris Izaguirre, en La Sexta noche, haya analizado aquel abrazo que todos dan por bueno y consolidado. Boris ha usado aquel sistema que practicaba en Crónicas marcianas (T-5) hace casi 20 años atrás, y armado con un puntero señaló las imágenes y advirtió en tono crítico: «Fue un abrazo breve, ¡Demasiado breve! Los heterosexuales ibéricos no saben abrazar. Hay que coger por la cintura, con gusto. Con intensidad. ¡Pablo tenía donde agarrar!». ¡Ah! Estoy con Boris. Aquel abrazo de hace 15 días, que la mayoría de analistas de la tele dan por firme y arraigado, quizá solo fue un golpe de teatro. En una película titulada precisamente El abrazo de la muerte, el pobre Burt Lancaster tiene un final trágico. Se  fía de los abrazos de la femme fatale Yvonne DeCarlo, y la cosa acaba en catástrofe. Es una peli que las cadenas nunca ponen. La consideran una antigualla. Son miopes a rabiar. Ese es el filme que estos días deberían programar. En casa podríamos jugar a adivinar quién acabará haciendo, en el futuro Gobierno, el papel de Burt Lancaster.

LISBOA SIN FADO .– Siempre miramos en casa los viajes que se pega Halldor Mar por el mundo mundial (Katalonski, TV-3). Canta y toca la guitarra con mucha simpatía. Pero esta semana ha cometido un pecado que tardaremos en perdonar. Ha estado en Lisboa y no ha sonado ni un fado. Hemos escuchado canciones de Joan Dausà, del grupo balear Antònia Font, de Sopa de Cabra, y así todo el rato. Hombre, ya sabemos que el lema del programa es «el món parla català», que es uno de esos eslóganes que a TV-3 le excitan tanto que te compran 20 o 30 capítulos del programa, de golpe y sin rechistar. Vale, el món mundial parla català, no discutamos. Pero un viaje a Lisboa, sin ni un solo fado, es hasta delictivo. En casa hemos ido a Spotify y hemos puesto al gran fadista Antonio Rocha. Para compensar.