TÚ Y YO SOMOS TRES

'Gran Hermano': el último grito, o estertor

La retirada de anunciantes obliga a Tele 5 a retirar su producto de mayor éxito

Ferran Monegal

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Qué grito, qué alarido de satisfacción, el que ha lanzado Adara cuando ha sido proclamada ganadora de GHVIP-7 (T-5). ¡Ahh! Abría la boca de tal forma que ha dejado pasmados a todos los expertos en otorrinolaringología. Y cuando ha aparecido la azafata portando la maleta con el premio, su alegría ha sido aún más apoteósica. Es natural. Cien mil euros de golpe maravillan a cualquiera. Lo que no sé es si Adara era consciente de que su alarido, en lo que atañe a la cadena y a la productora del programa, era en realidad un estertor. Después de lo mal que han gestionado, durante dos años, la intolerable violación (presunta) de Carlota en aquel GH de 2017, Tele 5 ha decidido retirar la marca Gran Hermano de todas sus plataformas y parrillas.

Todo lo que sea Gran Hermano, ¡erradicado hasta nueva orden!, han dicho. O sea que el grito de alegría de Adara ha sido en realidad el último chillido agónico de una ratomaquia que parecía invencible, hasta que los anunciantes han comenzado a retirar sus espots. Al principio de esta última gala el presentador J.J.Vázquez les dedicó a las tres finalistas (Mila Ximénez, Adara y Alba Carrillo) un mensaje muy hermoso enalteciendo la inmensa audiencia que el programa ha conseguido, cifras colosales casi nunca registradas en los 16 o 17 años de su historia. ¡Ah! Qué amargura interior debía tener el presentador-cheerleader. Ha sido una de las ediciones de mayor consumo, y no obstante estaban en pleno funeral sine die. Eso es como tener un McDonalds y tenerlo que cerrar cuando estás vendiendo más hamburguesas que nunca.

A mi canario flauta Papitu le ha gustado que Adara haya ganado el concurso. Esta joven protagonizó hace pocos días una prodigiosa sesión de machihembrado labial (vulgarmente morreo) con el concursante Gianmarco, que dejó asombrado a medio mundo. Duró la faena tanto tiempo, boca contra boca, lengua contra lengua, y sin respirar ni nada, que estuvieron a punto de avisar al Samur. Una experta en besos de tornillo, contratada por el programa, certificó que era tanta la pasión que fluía entre Adara y Gianmarco, que sus cerebros estaban generando bárbaras cantidades de oxitocina y dopamina. Lo nunca visto. ¡Ahh! A su lado lo de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en Titánic fue una birria. Por eso se hundió el buque.