TÚ Y YO SOMOS TRES

Tamara, Jordi, Isabel y el tito Mario

El final de 'Masterchef Celebrity' contó con la egregia presencia de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler

Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal. Tamara, Jordi, Isabel y el tito Mario

El beso final de Tamara a Jordi ('Masterchef Celebrity').  / periodico

Ferran Monegal

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Qué final más dulce, hermoso y pastelero el de Masterchef Celebrity (TVE-1). En esta ocasión ha sido Tamara Falcó la que ha agarrado a Jordi Cruz de improviso y le estampado un beso en la boquita. Ríanse ustedes de los que le pegaba Ali McGraw a Steve McQueen en la película La huida. En esta edición de este concurso, más que la gastronomía, lo que ha tenido éxito de verdad son los besitos entre Tamara y Jordi Cruz. Cada miércoles en mi barrio se cruzaban apuestas para adivinar en qué minuto Tamara y Jordi se besarían. ¡Ah! El beso, cada semana, era un ingrediente fijo. La incógnita era saber si ocurriría a los postres o en los entrantes pica pica.  Vamos a ver, que ganaría Tamara era algo que estaba clarísimo. Y más cuando vimos aparecer en el plató a mamá Isabel Preysler y al tito Mario Vargas Llosa. ¡Ah! Esta gloriosa pareja no salen de casa si no les garantizan de antemano el triunfo. Estuvieron ambos deliciosos, dentro de su mayestática actitud.

La verdad es que la incrustación de una joven de la aristocracia beautiful le ha dado al programa instantes de agarra pan y moja. Recuerdo el día que le pusieron delante el cadáver de un conejo, con cabeza incluida, y ella disfrutaba degollándolo a cuchillazos y diciendo con enorme alegría: «¡Ay! Eso en casa no lo he podido hacer nunca. Estaba como reprimida», y Jordi les miraba a los dos, a ella y al conejo, con una inmensa ternura. Esta noche de la final, la chef  Samantha Vallejo-Nágera, maravillada ante Tamara, tan eficiente, tan exquisita, le dijo: «¿Qué tipo de relajación practicas?». Y Tamara contestó: «El rosario», aclarando inmediatamente que no lo reza en el plató mientras cocina sino que ya viene rezada de casa. Este detalle, virtuoso, gustó mucho a la concurrencia allí reunida.

Sería muy injusto no señalar también el papel de Boris Izaguirre como entertainer. Siempre que se ha producido algún bajón en el ritmo, saltaba Boris enseguida para animar y desternillarnos de risa. Esa noche, cuando vio que quedaba en cuarto lugar, o sea, el último, exclamó: «¡Oh my God!. Hombre, para la próxima edición yo contrataría a los mismos. Gastronómicamente hablando no sé si han prosperado mucho, pero el show que han conseguido ha proporcionado a TVE audiencias magníficas.