TÚ Y YO SOMOS TRES

No buscan a Blanca Fernández Ochoa, buscan audiencia

Tu y yo somos tres No buscan a Blanca, buscan audiencia Por Ferran Monegal.

Blanca Fernández-Ochoa ('Viva la vida', T-5). / periodico

Ferran Monegal

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Antes, cuando la palabra periodismo todavía estaba vigente, los casos de desapariciónes formaban parte del área de informativos, rama sucesos, y solían ser tratados por especialistas con rigor y con cautela. Ahora que se han inventado la palabra comunicadores para enrasar a todo el que sale haciendo posturas en la tele, ya sea haciendo noticiarios, publireportajes, espectáculos o shows, la información sobre un suceso pasa a formar parte del sistema vale tudo: cualquiera entra a saco en el tema. La desaparición de Blanca Fernández-Ochoa  ha tenido en los noticiarios clásicos de las cadenas un tratamiento bastante ajustado y respetuoso. Con matices: en las cadenas públicas, más cautela. En el Telediario (TVE-1) del sábado, tarde en la que se dio a conocer la desaparición, le dedicaron 50 segundos a partir del minuto 17. En el Telenotícices vespre (TV-3) informaron del tema en la sección de deportes: 20 segundos a partir del minuto 35 aproximadamente. En las Noticias de A-3 TV fue tema de apertura. En Informativos T-5, en el sumario de entrada también.

En general, prudencia. Ante un caso  como este, el periodismo clásico siempre aconseja sobriedad y precaución: no se sabe –a la hora de escribir estas líneas, tampoco– si Blanca ha desaparecido accidentalmente o por voluntad propia. Pero el tema era –y es– televisivamente goloso. Personaje famoso, popular, medallista olímpica, con los archivos de las cadenas llenos de imágenes y vídeos de sus gestas deportivas... ¡ah! hay que aprovechas ese filón. Y es entonces cuando entra el mecanismo vale tudo. Y  se pone en marcha el negocio para conseguir una audiencia fabulosa. Por ejemplo el Viva la vida (T-5) del domingo. Mesa de tertulianos haciendo conjeturas. Reportero en Cercedilla («Estoy en el Centro de Mayores, perdonen que les interrumpa la partida»). Reportera en La Dehesa («¡Una grúa se está llevando el coche!»). Reportero en la casa de su hermana en Aravaca («Acabo de escuchar ladrar al perro»). ¡Ah! Se trataba de llenar dos horas y media. Escarbando como sea. Que la única información es que no hay información porque no se sabe nada, es lo de menos.

Me gustó Marcela, cuñada de Blanca. Salió un momento y advirtió ante las cámaras: «Helicópteros, policía, guardia civil, efectivos de emergencias, perros... y nosotros aquí, estorbando». Efectivamente.

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