Mansión Bertín: la derecha desparramada

Estaba molesto Bertín Osborne porque ni Pablo Iglesias ni Pedro Sánchez han aceptado visitar su mansión ajardinada (Mi casa es la tuya, T-5). No debería enfadarse. Debería estar contento. El tripartito que conforman Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, sí acudieron, y viéndoles por aquel hermoso césped, desparramados, se ha conseguido una sinfonía derechista muy conjuntada. ¡Ah! ¡Qué maravilla! Escuchando los solos de voz que iban cantando, por separado, resulta que no desentonaban ni un compás.

A la pregunta sobre qué entienden por feminismo, los tres gritaron: ¡igualdad!. Pero sin entrar en detalles. Sobre qué hay que hacer con la momia de Franco, también confluyeron: a los muertos hay que dejarlos donde están.  Acerca de Catalunya, el trío abogó –practicamente por igual– por un 155 sostenido. Y sobre «¿Monarquía o República?», recital a tres voces de encendidos elogios y vivas a Felipe VI, con una nota al margen que añadió Abascal: «Si la Monarquía se deja llevar por los cantos de sirena de un Estado confederal y soberanías varias, muchos españoles preferirán una República Nacional Unitaria».

Hombre, es posible que hubiera una estrategia: dulcificar los mensajes para no asustar demasiado, en especial por parte del líder de Vox. Lo cual ha producido que los tres acabasen demostrando -quizá sin pretenderlo Rivera y Casado- una sintonía conjuntada. ¡Ah! Es lo que tiene gobernar juntos en Andalucía: el roce diario quizá les hermana. Creo que el único error del programa ha sido ofrecer las entrevistas por separado. Bertín debería haberlos juntado. Las viandas que llevaban, empanada gallega (Rivera), chuletón de Ávila (Casado), y pimientos rellenos de quinoa (Abascal), conformaban un menú que ligaba. Y Bertín, perfecto en su papel de catalizador de las derechas allí representadas.

La gran atracción de este programa ha sido Abascal. Creo que es la primera entrevista televisiva que da en esta campaña. Se ha esforzado en mostrar un talante suave. No obstante, cuando Bertín le preguntó: «¿Tus mejores recuerdos?» en lugar de recordar los más agradables, desgranó un rosario de maldades que le propinaron a él y a su familia desde ámbitos etarras. Concluyó citando con fervor cuatro palabras: «Familia. Religión. Valentía. Patria». Alegría en los Tercios legionarios.