El perfume es lo peor de llevar cuernos

Deliciosa escena entre las dos damas enfrentadas de la serie Secretos de Estado (T-5)Secretos de Estado. Ana (Miryam Gallego), la esposa del  presidente del Gobierno, charla con Paula (Michelle Calvó), la amante de su marido. O sea, la cornuda y la que se los pone, frente a frente. ¡Ah! Podía haber sido un encuentro tremendo. Podía haber habido incluso sangre y refriega. No obstante, el cara a cara sucede con una tranquilidad pasmosa. Y con un diálogo estupendo. Ni un reproche por parte de Ana, que es la que sufre la cornamenta. Ni una mala palabra. Ni un grito. Ni una reprimenda. Todo lo contrario. Le dice, suavemente: «He pasado de odiarte a observarte. Hoy ya solo me molesta tu perfume. ¿Quieres a mi esposo? ¿Sí? Pues lo que necesito es que te quedes con él. Yo solo quiero ser libre y volver a ser feliz». ¡Ahh! Este fair play de la gente fina es delicioso. Esa mezcla de cinismo y educación de alta escuela, permite a los guionistas disfrutar dibujando el gran teatro del mundo, como decía Shakespeare. Cuando Ana le dice a Paula eso de quédate con mi marido que yo ya no lo quiero, a mí me ha recordado una escena memorable de Antonia dell’Atte en la tele, años atrás, cuando se enteró que su marido, el Caro Dado Alessandro Lecquio,Caro Dado le ponía los cuernos con Anita Obregón. Fue un momento televisivo sensacional. Antonia miró a cámara, se dirigió a la Obregón, y exclamó: «Te lo regalo. Te lo puedes quedar entero. No te puedes ni imaginar lo descansada que me quedo».

El otro momento de la serie, cuando Ana advierte que ya lo único que le molesta de la infidelidad de su marido es oler, impregnado en su cuerpo, el perfume de la otra, ¡ah!, ese es un golpe de high class estupendo. Es de un refinamiento colosal. Acuéstate con él todo lo que quieras, pero cambia de perfume, bonita, que el que llevas es de una vulgaridad horrososa.

OLIVARERA DE JAÉN .– Otras señoras salieron el miércoles noche en la tele. Jesús Cintora (Carretera y manta, La Sexta)Jesús CintoraCarretera y manta entrevistó en Baeza a las temporeras. Olivareras de Jaén. Librada es una de ellas. No la dejan trabajar si no se presenta en el campo acompañada de un hombre. A una mujer sola, no la quieren. Cuatro meses de trabajo, de sol a sol. Si la temporada es buena, se lleva 1.300 euros al mes. El día que llueve, no cobra. El perfume de Librada es otro. Huele a campo, a olivo, a decencia.